_
_
_
_

Presos de la droga

En el salón de la vivienda los reclusos en libertad condicional componen un curioso retrato familiar. Aparte de Miguel, el uruguayo, hay tres colombianos condenados por tráfico de drogas, un catalán que ha cumplido cinco años por tráfico y tenencia ilícita de armas y por dos delitos de robo con intimidación.Todos afirman estar viviendo la única vía de reinserción posible para un preso, al tiempo que aseguran que "el único camino que el Estado y la sociedad ofrecen a un expresidiario es el delito".

"Mira, yo estudié en una academia militar en Colombia", interviene Mauro M., "me metí en el narcotráfico desde muy jovencito y empecé a ganar dinero. He cumplido seis años de prisión en España, y, aún así, le aseguro que si no puedo quedarme aquí y regreso a mi país, volveré a entrar en el narcotráfico. No hay otra alternativa para mí. ¿Qué puedo hacer?, volver para mendigar, o para trabajar doce horas al día y recibir un Jornal de hambre. Además, ni yo ni nadie va a olvidar que soy un.expresidiario allá a donde vaya".

Más información
Cartas desde la cárcel

Bodas

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

A lo largo de estos cinco años, por los dos pisos han pasado varias decenas de presos. De ellos, al menos ocho han rehecho su, vida al margen de la delincuencia. "Hace algunos meses asistimos a la boda de un chico que vivió varios años en el piso, otros han vuelto con sus familias, y otros tantos han regresado a su país de origen como turistas no como deportados, que suele ser la manera habitual de enviarlos", concluye Ángeles, para añadir a renglón seguido que su mayor ilusión es la de "no morir sin haber montado un centro de reinsercción para presos toxicómanos".

"Durante los 12 años que he pasado en la cárcel, ésta es la segunda vez que consigo salir, y ¿sabe usted a quién se lo debo?, a la señora Ángeles", asegura Joaquín llevándose una mano al pecho mientras el resto de los componentes del piso asiente con la cabeza. El caso de Joaquín tiene, además, una particularidad. Se trata del único recluso del piso de acogida que cumplirá el resto de su condena en la vivienda, bajo la absoluta responsablidad de Ángeles Pérez. "A Joaquín le iban a enviar a cumplir el resto de la condena a una granja para toxicómanos, cuando él ya se ha desenganchado. Todavía no está del todo decidido, pero creemos que va a venir a la casa concluye ella.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_