Miles de comunistas exigen a Yeltsin que dimita y defienden al Ejercito Rojo
Los destacamentos especiales de la policía rusa (OMON) se emplearon ayer con contundencia para frenar a los miles de opositores, simpatizantes comunistas en su mayoría, que exigieron en Moscú la dimisión del presidente de Rusia, Borís Yeltsin, y defendieron la supervivencia del Ejército Rojo, que está a punto de desaparecer, como ha desaparecido la propia Unión Soviética."Detened la destrucción de nuestro Ejército"; "Gloria a las Fuerzas Armadas Soviéticas"; "El Gobierno de Yeltsin es unatragedia para el pueblo"; "Yeltsin, dimite". Tales fueron algunas consignas lanzadas durante la protesta, mientras el presidente ruso depositaba una ofrenda floral en la tumba del Soldado Desconocido, en la muralla del Kremlin. El 74º aniversario del Ejército Rojo fue también el primer Día de la Defensa de la Patria, que es el nombre de la nueva festividad.
Pese a la prohibición de la marcha y al impresionante despliegue de seguridad, los manifestantes intentaron abrirse paso hacia el Kremlin, saltaron sobre una barricada de vehículos militares y rompieron las filas policiales antes de ser frenados por la contundencia de los agentes de la OMON armados de porras de goma. Hubo varios heridos, entre ellos un periodista de Tass.
El Ejército Rojo tiene un futuro negro. Alexandr YákovIev, uno de los impulsores de la perestroika, se unía ayer mismo al coro de quienes defienden la necesidad de la creación de unas Fuerzas Armadas nacionales de Rusia. Página 3
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