El Sevilla deja al Madrid sin ventaja en la Liga
El Real Madrid perdió ayer su ventaja con el Barcelona al caer derrotado en Sevilla. El conjunto de Beenhakker padeció una vez más los efectos de un rival teóricamente inferior -ayer plagado de bajas entre sus titulares- pero que a base de garra, empuje e ilusión le tuteó sobre el césped y pudo vencerle con más amplitud. Desde que llegó Beenhakker el Madrid ha visto sucesivamente reducida su ventaja. En las últimas cuatro salidas sólo ha obtenido un punto, y los últimos siete encuentros han servido para que los ocho puntos de ventaja sobre el Barcelona se reduzcan sólo a dos y que hoy puedan verse neutralizados si gana al Sporting.La igualdad y las imprecisiones fueron las claves del primer periodo, incluido el número de faltas: 17. Ni el Sevilla ni el Madrid lograron imponer su centro del campo, parcela donde 10 jugadores por cada equlpo empataron a errores y a desplazamientos largos del balón, que siempre acabaron en poder de los defensas rivales.
No obstante, la presión que ejerció el Sevilla durante todo el partido limitó las acciones del Madrid, y dio opción a que el conjunto de Espárrago dispusiera de más ocasiones ante el marco de Buyo.
El equipo de Beenhakker, por mucho que el holandés se empeñe, no encuentra en Michel a su organizador. El centrocampista denotó falta de concentración en esta tarea, defecto que se agigantó cuando la presión del rival obligó a un mayor esfuerzo en los desmarques. Michel bajó hasta las proximidades de Sanchis y Rocha para iniciar los ataques en las dos primeras ocasiones en las que su equipo disfrutó del balón. Fueron las únicas de los primeros 45 minutos. Acabó pegado a la banda.
A partir de ahí, las salidas del Madrid buscaron las botas de Hierro, quien tampoco resolvió el problema, y cuya única alternativa fue la de buscar con balones largos a Butraguefio -casi inédito- y a Hugo Sánchez, siempre perseguidos por Diego y Prieto, respectivamente, en marcajes implacables.
El Sevilla, como bien dijo Beenhakker en la víspera, se creció ante su rival, no se descompuso y mantuvo su colocación en el campo. Su juego buscó con ansias la resolución por parte de su estrella, el chileno Zamorano, quien junto a Rocha protagonizó uno de los duelos de la noche.
El gol del Sevilla llegó después de que Hugo malograra la única ocasión de su equipo en el primer periodo. El balón lanzado en falta por Andrades vio caer en el área a Zamorano y a Rocha, fue golpeado por Cortijo, y Rafa Paz lo llevó definitivamente a la red, después de que Chendo errara y lo dejara muerto a sus pies al borde del área pequeña.
En la reanudación el Madrid jugó con otro interés, pero ya a remolque del resultado y acuciado por las prisas. Quizá más por defecto de su rival que por méritos propios y siempre sin hacer un fútbol brillante, el equipo merengue acabó cercando al Sevilla, que se dispuso para jugar al contraataque.
El Sevilla dispuso de nuevo de las mejores ocasiones del gol. Marcos en combinación con Ramón obligó a Buyo a realizar la parada de la noche y Rafa Paz estrelló más tarde un balón en el larguero. Marcos y Zamorano, volvieron a poner en apuros al guardameta ex sevillista, pero el resultado fue ya inalterable. Los únicos disparos del Madrid, de Hagi y Butragueño en los minutos finales, sólo sirvieron para que la actuación de Unzué tuviera un final sobresaliente.
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