Tras la especulación, el vacío
La obsesión por diversificar acabó con el sueño de De la Concha y Soto
En junio de 1986 Manuel de la Concha, todavía síndico-presidente de la Bolsa de Madrid, y Jaime Soto, que acababa de salir de la cúpula del Banco Hispano Americano, deciden constituir una sociedad de intermediación bursátil a la que bautizan con el,nombre de Invesbank, que luego sería Invescorp y después Ibercorp. Su es fulgurante y no tardan en colocarse en una buena posición en un mercado muy especulativo.La primera operación importante, embrión del vertiginoso desarrollo posterior del grupo, es la adquisición de Sistemas AF (al precio de 1.600 millones), una empresa dedicada a la fabricación de muebles de oficina perteneciente al grupo industrial del Urquijo-Unión. La salida a Bolsa de Sistemas AF, realizada por Ibercorp, Sociedad de Valores, es un éxito. Los ingresos ascienden a 2.000 millones con una comisión del 6% para los intermediarios, lo que permite a De la Concha y Soto pedalear hacia la diversificación. En medio de la euforia llega el crack bursátil de octubre de 1987, que provoca una actuación anómala: una ampliación de capital de la empresa IB-Mei que había asegurado Ibercorp, junto a Mercapital no se cubre y ellos se niegan a hacerlo. El asunto se soluciona asumiendo la mitad del capital entre ambas.
Imparable expansión
Pero la expansión no para. Se produce entonces la compra del Banco Trelles -el futuro Banco Ibercorp- a Banesto por 400 millones. La operación es firmada, mano a mano, entre De la Concha y José María López de Letona, a la sazón presidente de Banesto. Soto y De la Concha se quedan con el 40% del Trelles y el 60% restante pasa a Ibercorp.Por aquellas fechas, deciden crear Ibercorp Leasing e Ibercorp Financiaciones.
El crecimiento obliga a ampliar el capital, que pasa de 160 a 1.000 millones de pesetas, operación en la que se da entrada en el capital de Ibercorp a Juan Antonio Ruiz de Alda, por entonces subgobernador del Banco de España, y Carlos Pitaluga Jiménez, sobrino de Mariano Rubio, entre otros. A su vez, el banco amplía capital a 750 millones y se crea el First Iberian Found para operar en Nueva York y Londres con Prudential como colocador.
La ingeniería financiera de Ibercorp, trama la venta de los activo de Sistemas AF a la firma francesa Straford, al tiempo que convierten la matriz en corporación con el nombre de Sistemas Financieras. Se pone en marcha el Grupo Ibercorp, y con los 12.000 millones obtenidos por la venta de Sistemas AF, la tesorería del banco es un hervidero. Compran por 6.200 millones más el 5% de SF el 90% de Mecalux, al mismo tiempo que suscriben sendas ampliaciones de Leasing y Financiación y compran Steel Beton, dedicada a materiales de construcción.
Soto y De la Concha deciden entonces asumir un mayor control en Sistemas Financieros -al tiempo que tratan de diluir los fondos gestionados por Carnegie que tiene más del 30% de SF-, amplían capital por valor de 2.000 millones y emiten bonos convertibles por 3.000 millones al 700%. En la suscripción participan, entre otros, Miguel Boyer, Mariano Rubio y Juan Antonio García Diez.
Posiblemente, esta fue la actuación clave en la historia de Ibercorp, que, tras la ¿risis provocada el 2 de agosto de 1990 -invasión de Kuwait- ve fracasar su otro gran proyecto, la salida a Bolsa de Mecalux. Buscan un comprador y, finalmente, lo revenden a José Luis Carrillo, perdiendo 1.200 millones. También, por entonces, venden el 70% de Leasing y Financiaciones a Crédit Agricole y el 40% de la aseguradora Munat a la también francesa La Mondiale, operación que culmina este año, al tiempo que se cerraba la fusión de Ibercorp con su banco y Sistemas Financieros.
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