La oposición rumana prevé romper el monopolio del poder de los ex comunistas
El Frente de Salvación Nacional (FSN), presidido por el ex primer ministro Petre Roman, y heredero de las estructuras y cuadros del Partido Comunista de Rumania podría ver definitivamente roto su monopolio si la alianza opositora de la Convención Democrática vence en las principales ciudades en las primeras elecciones municipales democráticas en medio siglo, celebradas ayer.
Aunque los resultados provisionales no se conocerán previsiblemente hasta esta tarde. Medios del FSN y de la oposición coincidían anoche en que el partido en el poder podría perder las alcaldías de Bucarest, Timisoara, Brasov, Sibiu y Cluj. Con esta irrupción de la coalición opositora en la dirección de las principales ciudades de Rumania quedaría rota la continuidad de los mandos municipales heredados del régimen comunista de Nicolae Ceausescu, poco más de dos años después de la caída de éste y su posterior ejecución.La participación electoral al cierre de esta edición no era todo lo alta que esperaba la oposición y en algunas ciudades se temía que el absentismo, especialmente de la juventud, pudiera postergar este relevo de los mandos ex comunistas en sus respectivos municipios. El resultado de estas elecciones será un indicador sobre la correlación de fuerzas de cara a las elecciones legislativas, previstas para la primavera.
Aunque se presentan 84 partidos, sólo el FSN, la Convención Democrática y la Unión Democrática de los Húngaros -ésta sobre todo en Transilvania- parecen tener posibilidades de disputarse el poder local.
Derrotados en mayo de 1990
La presentación de candidaturas comunes de las principales fuerzas de la oposición dentro de la Convención Democrática supone el primer gran reto al poder ex comunista que bajo el presidente Ion Iliescu logró sobrevivir prácticamente intacto. El Partido Nacional Liberal, el Partido Nacional Campesino y la Alianza Cívica lograron superar sus diferencias y las ambiciones personales de sus líderes tras su catastrófica derrota en las elecciones generales de mayo de 1990.Mas de seis mil observadores, entre ellos cerca de un centenar de extranjeros, intentaron ayer impedir que se repitierán las manipulaciones e intimidaciones masivas que se produjeron entonces y que dejaron al Gobierno de Pette Roman falto de legitimidad y a merced de presiones callejeras que finalmente, en septiembre pasado, provocaron su caída.
[Al menos 3.000 campesinos con horcas bloquearon el colegio electoral del pueblo de Sapinta, norte del país, para protestar porque su candidato a alcalde fue eliminado de las listas electorales, informa France Presse].
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.