Más sobre la corrupción
Quiero comenzar afirmando que estoy acostumbrado a contemplar, desde mi atalaya de rastreador impenitente (triste rutina), no pocas conductas inverosímiles y declaraciones falaces a una y otra orilla de nuestro escenario político. Ocurre que, a veces, estos desatinos son tan, estentóreos que, aunque siempre presentes, me impiden permanecer en molicie pasividad que adivino mi alrededor.Tal ocurrió cuando escuché al señor Aznar ponderar como insostenible la corrupción que atenaza actualmente al país. No me confieso felipista, ni adoro ista alguno, pero entiendo que el responsable de la oposición debiera considerar el alcance de sus diatribas antes de inundarnos con sus soflama grandilocuentes y, como ésta más bien espurias.
Y es que, es cierto, la inconsciente capacidad humana par relegar al olvido datos que puedan danar su psique es prodigiosa: Palop, Naseiro, Hormaechea, Peña... Realmente no espero demasiado de una jefatura de oposición donde otros (¿tantos?) naufragaron.- .
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.