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La capital cantonal y La Unión, paralizadas

Cientos de establecimientos y pequeñas industrias de Cartagena y del vecino municipio minero de La Unión estuvieron ayer paralizadas o cerradas en apoyo de la huelga general convocada por CC OO y UGT en demanda de la reindustrialización de la comarca. Según fuentes sindicales, alrededor de 50.000 trabajadores secundaron el paro, que fue apoyado por el Partido Popular, Izquierda Unida, Partido Cantonal, Juventudes Socialistas y obispado, y entre 8.000 y 10.000 personas se manifestaron por la tarde en Cartagena.Los sindicatos temen la pérdida de miles de puestos de trabajo debido a los expedientes de regulación en los astilleros de Bazán y a la crisis en las tres empresas de fertilizantes del grupo Ercros (Fesa, Enfersa y Asur), del sector químico-minero, Española del Zinc y la fundición Santa Lucía de Peñarroya, esta última amenazada de cierre a finales de este año. La crisis industrial, según el alcalde de Cartagena, puede afectar a 500 pymes (pequeñas y medianas empresas) y a la mitad de la población activa de la comarca.

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La huelga se inició a las 0.00 con el cierre generalizado de bares y de otros establecimientos hoteleros, que colocaron carteles de "cerrado por huelga general". De madrugada, varios piquetes cortaron las carreteras de acceso a la ciudad con Almería, Alicante, Madrid y el valle de Escombreras. Los trenes de largo recorrido, procedentes de Madrid y Barcelona, terminaron su trayecto en Murcia, y los viajeros tuvieron que quedarse en la capital de la región sin poder acceder a Cartagena. Tampoco llegaron ni salieron los autobuses de línea.

Según la Delegación del Gobierno, en una primera valoración de la jornada, no se produjeron incidencias importantes.

Los secretarios de acción sindical de UGT, Apolinar Rodríguez, y de CC OO, Agustín Moreno, calificaron de éxito la huelga general, que "ha superado incluso las previsiones más optimistas y que hará ver al Gobierno la necesidad de acometer una política industrial".

El obispo de la diócesis, Javier Azagra, que también apoyó la huelga y decretó servicios mínimos en las parroquias, dijo: "Después de esto, los que tienen responsabilidad deben reindustrializar Cartagena para dar trabajo a muchas familias".

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