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Encontró su Maastricht

(...) Maastricht no volverá a ser la misma otra vez. Nunca había ocurrido nada en la pequeña ciudad de Maas. (...) Pero la cumbre de la Comunidad Europea ha venido a cambiarlo todo. Maastricht ha pasado a engrosar el distinguido club de pequeñas ciudades y pueblos cuyos nombres se hacen famosos por acontecimientos concretos. En otro tiempo, la única forma de que tina pequeña ciudad alcanzara esa fama consistía en ser el escenario de una batalla. (...) Waterloo, todavía mejor parada en 1815, entró en la lengua inglesa no solamente como batalla, sino como estación ferroviaria e incluso como metáfora (encontró su Waterloo), algo que sólo había conseguido anteriormente un río, el Rubicón, y una llanura, la de Maratón. (...)Acoger un cisma religioso era una forma menos sangrienta de pasar a la historia. (...)

Ya en el siglo XVIII, el ser anfitriona de un tratado se había convertido en la mejor forma de que esas pequeñas ciudades entraran en el diccionario, siempre y cuando las Vienas y Versalles no monopolizaran el negocio. (...)

Conforme las guerras aumentaban o escaseaban, los tratados para ponerles fin escapaban al alcance de las pequeñas ciudades: Yalta fue el caso más reciente. Se dedicaron entonces a los acuerdos de limitación de armas (Locarno, 1925; Reikiavik, 1986) o a cumbres económicas (Bretton Woods, 1944; Davos cada año). ( ... )

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7 de diciembre

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