Feriarte 91 exhibe tesoros del telón de acero y obras precolombinas
El alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano, inauguró ayer Feriarte 91, exposición del anticuario español, que estará abierta hasta el 15 de diciembre y que, por primera vez, contará con piezas de arte precolombino y tesoros de países del antiguo telón de acero, ocultos durante más de cuarenta años.Feriarte 91 cuenta con 172 anticuarios de 10 autonomías, de los que un 33% -81 firmas- proceden de Madrid. El resto pertenecen a las siguientes: Andalucía, 9; Aragón, 8; Castilla y León, 2; Cataluña, 37; Galicia, 11; Murcia, 2; Navarra, 1; País Vasco, 19; y Comunidad Valenciana, 2.
La exposición está compuesta por muebles, porcelanas, alfombras, hierro forjado, pintura, plata, bronces, cerámica, vidrio, pergaminos, joyas, piezas arqueológicas y relojes, entre otros objetos de valor.
Entre las piezas destacadas de la exposición figuran un arcón catalán policromado datado en el siglo XVI, una Inmaculada de Alonso Cano, una pareja de candelabros franceses en bronce dorado y cincelado, un reloj del periodo Regency inglés, un icono ruso del siglo XV y un cuadro de Picasso titulado Fillet assise.
Unos 3.000 millones en ventas
La totalidad de las piezas que se exhiben en Feriarte 91 tienen un valor cercano a los 5.500 millones de pesetas. Los organizadores han declarado que están previstas unas ventas de obras por valor de 3.000 millones de pesetas, muy por encima de los 2.400 millones de recaudación del año anterior. La cifra prevista es un 20% del total de las ventas anuales de antigüedades en España, 15.000 millones de pesetas.En 1990, el número de visitantes de esta feria fue de 50.000 personas. Este año se espera superar esta cifra. Para mayor facilidad de acceso, los organizadores han puesto dos líneas de transporte gratuito al nuevo recinto ferial Juan Carlos I, desde las plazas de Colón y de Cuzco.
El valor de las piezas presentadas, oscila entre las 25.000 pesetas de ciertos objetos pequeños, como cajas antiguas, y los 30 millones de pesetas de un retablo gallego en alto relieve en madera del siglo XVII, que es una de las piezas que más interés despierta entre los especialistas que acuden al certamen.
