La hazaña de Leconte ante Sampras devuelve la esperanza a Francia
Henri Leconte parecía un caso perdido, para el tenis, pero ayer 8.000 espectadores le aclamaron en Lyón como a un héroe. Leconte venció al estadounidense Pete Sampras- 6 4, 7-5 y 6-4- e igualó el marcador a una victoria de la final de la Copa Davis que entrenta a norteamericanos y franceses. Pero su mérito estuvo en provocar la esperanza en el milagro. Francia tienen ahora derecho a soñar con la ensaladera de plata.
Todo había discurrido como estaba previsto. André Agassi había derrotado a Guy Forget, el mejor jugador francés, en cuatro sets (6-7, 6-2, 6-1 y 6-2). "Yo sabía que Forget era el hombre a batir. Tenía mucha presión sobre él, porque debía ganar sus tres partidos para conquistar la Copa Davis", declaró Agassi. Las previsiones daban a Forget como el único rival peligroso para los americanos. Si Agassi le vencía, la Copa Davis era para los americanos. Y Agassi le ganó con unos restos eléctricos y una intensidad que no tuvo respuesta del francés. El guión se había cumplido, pero quedaba algo inesperado.Lecónte fue una vez el sucesor de Yannick Noah. Tenía unas condiciones bárbaras, una zurda espléndida y una dominio aceptable de todas las superficies. Pero los resultados nunca confirmaron los vaticinios. Con 28 años, Leconte había descendido esta temporada al 159º puesto de la clasificación mundial. Una lesión y una larga convalecencia le habían dejado sin jugar un partido oficial en los últimos seis meses. Sus posibilidades parecían nulas frente al joven Sampras, reciente ganador del Masters. Una estrella emergente frente a un viejo en declive. Todos sabían el resultado. Y de repente, Leconte brindó el partido más grande de su vida.
Los aficionados acababan de presenciar la derrota de Forget, su mejor tenista, el séptimo en la clasificación mundial. Una vez más, Francia daba la impresión de despedirse del trofeo que ganó en 1932, cuando el mundo del tenis estaba dominado por los cuatro mosqueteros galos. Desde entonces, el país ha esperado en vano una nueva victoria. ¿Cómo creer en Leconte?.
Lo que hizo Leconte fue reeditar el misterio de la Copa Davis. Esta competición provoca cambios insospechados. Jugadores de segundo orden se convierten en gigantes; el público se inflama; la marea crece y lo imprevisto sucede. Eso ocurrió en el partido entre leconte y Sampras.
El norteamericano nunca había jugado un encuentro de Copa Davis. Comenzó el encuentro con una dpble falta y se encontró ante una competición distinta. El público, encendido, y su rival dispuesto a morir por cada pelota. Eso se encontró Sampras y el partido se le vino encima.
Leconte ganó el primer set en 42 minutos; el segundo, en 52 (7-5). Sampras estaba vencido. Cabizbajo, jugó como un derrotado el último set. En el último set, la gente no podía más. Se levantaron todos y entonaron La marsellesa. En medio del entusiasmo general, Leconte terminó su trabajo (6-4). Francia vuelve a soñar.
El día más grande
Henry Leconte no pudo reprimir su alegría tras derrotar a Pete Sampras. Corrió hacia Yannick Noah, el capitán francés, y le abrazó en medio del delirio general. Sus declaraciones fueron igual de emotivas. "Es el día más grande de mi vida. He jugado un gran partido, el partido que siempre soñé. Todavía tengo un sueño: que Francia gane la Copa Davis", declaró.Leconte, que ha padecido innumerables problemas a lo largo de la temporada, confesó que el triunfo le transportaba de nuevo al camino de los mejores del tenis. "Esta victoria me dará una gran confianza. Fue un partido perfecto. No recuerdo haber jugado tan bien en toda mi carrera", manifestó. "Ahora mi objetivo es volver a colocarme entre los 20 mejores del mundo. Espero no tener más problemas fisicos", declaró al referirse a sus problemas en la espalda.
El tenista francés pudo resarcirse de su derrota ante el sueco Mats Wilander hace tres años, en la final del Roland Garros. Entonces, los espectadores la emprendieron con él. "Todo eso está olvidado. Hay mucha diferencia entre la final de Copa Davis y una del Grand Slam".
Pete Sampras parecía aplastado por su primera experiencia en la Davis. "Nunca subestimé a Leconte. Tiene una gran experiecia en esta competición y para mí era el primer partido en la Copa Davis".
Yannick Noah confesó que había pedido al público que cantara y gritara para ralentizar el ritmo del partido, algo que no quería el jugador norteamericano. "Yo quería jugar los puntos con mucha rapidez", indicó Sampras.
La victoria ante Sampras puede darle hoy un puesto a Leconte en el equipo de dobles, a pesar de que estaba previsto que jugara el joven el inexperto Olivier Boetsch. Sin embargo, Noah teme la repercusión del excesivo gasto fisico en Leconte, que ha sufrido este año su tercera operación en la espalda.
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