El Estudiantes recibió una paliza contundente en la Liga de Europa
El equipo holandés Den Helder responde al prototipo de equipo de la Liga europea cuyo único cometido es hacer la pascua a los rivales fuertes. Sus aspiraciones de clasificación para la fase final son muy escasas. Por eso condensan todo su poderío en rendir a plenitud en dos o tres partidos y, de paso, complicar la existencia a ese otro tipo de equipos, entre los que se encuentra el Estudiantes, que se juegan la vida en cada encuentro.Desde el primer minuto, el Den Helder dijo que quería dejarse ver en este encuentro. Preparó toda su estrategia ofensiva en la selección de lanzamientos triples y comenzó a machacar al Estudiantes. Para colmo de males, los holandeses demostraron pelear tanto o más que los madrileños. El principal arma del Estudiantes, por tanto, perdió eficacia. El Den Heider ya dominó con claridad en el marcador (2816) a los 10 minutos.
El técnico del Estudiantes, Miguel Ángel Martín, pidió su segundo tiempo muerto y cambió temporalmente el rumbo del choque. Sacó a la cancha a Ruiz Paz y Pedro Rodríguez, y los madrileños, con un parcial de 5-18 en cinco minutos, se pusieron por delante (3334).Al descanso se llegó con empate a 42 puntos. Pero la reacción estudiantil fue simple apariencia. La segunda parte insistió en contar que los holandeses se tenían que llevar la victoria, la primera que consiguen en lo que va de Liga europea.
La certeza en los triples de los locales -encestaron hasta desde nueve metros-, sus ganas constantes, su superioridad añadida bajo los tableros y la ceguera ofensiva de los visitantes (sólo 25 puntos en este periodo) provocaron un desenlace distinto al esperado. El Estudiantes probó el sabor de una derrota contundente. Los madrileños, por una vez, dejaron de impartir lecciones y fueron simples estudiantes.
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