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Guerra asegura que González le echó del Gobierno

El vicesecretario general del PSOE, Alfonso Guerra, manifestó el pasado martes ante un grupo de rieles socialistas madrileños que no dimitió del Gobierno por voluntad propia, que Felipe González le destituyó y que le engañó con la constitución del Ejecutivo que surgió en marzo, según dirigentes de la Federación Socialista Madrileña (FSM). Alfonso Guerra agregó que Felipe González "está secuestrado" por poderes empresariales y que "hay que sacarlo de ahí". Estas manifestaciones las hizo el ex vicepresidente del Gobierno en una reunión, el pasado martes, en el Hotel Suecia de Madrid.

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A la reunión del Hotel. Suecia asistieron José Acosta, presidente de la FSM; Juan Antonio Ruiz Castillo, José María López, Lucas Fernández -todos ellos miembros de la ejecutiva socialista madrileña- y los alcaldes de Getafe, Pedro Castro; de Parla, José Manuel Ibáñez; y de Móstoles, José Baigorri; así como los concejales del Ayuntamiento de Madrid Joaquín García Ponte y Pilar García Peña. Los asistentes tenían en común su posición critica hacia el actual secretario general de la FSM, Teófilo Serrano.Alfonso Guerra, que estuvo tenso en algunos momentos de la reunión, manifestó que le habían abandonado tres de sus antiguos fieles: Teófilo Serrano, actual secretario general de la FSM; Alejandro Cercas, responsable de movimientos sociales en la ejecutiva federal socialista; y Luis Pérez, miembro de la ejecutiva socialista madrileña, encargado de temas electorales. A este último atribuyó Alfonso Guerra la frase de "no hay amor que cien años dure".

'Dar la batalla'

Guerra animó a José Acosta y al resto de sus fieles a "dar la batalla de Madrid", a sustituir a Teófilo Serrano al frente de la Federación Socialista Madrileña como secretario general, y se comprometió a participar personalmente en la batalla, hablando con quienes mantenían posiciones dudosas.

Esta reunión tuvo un precedente más suave en una tertulia celebrada cinco días antes, el pasado 23 de octubre, en el restaurante madrileño La Cruzada, en la que Alfonso Guerra fue la estrella, a invitación de Juan Barranco, ex alcalde de Madrid. En la tertulia, Guerra dijo, entre otras cosas, que a Felipe González no le gusta el partido que tiene.

La línea estratégica de Guerra, Acosta y sus fieles en Madrid va dirigida a combatir el pacto suscrito entre la FSM e IU en el gobierno de la comunidad autónoma de la región, sobre el que se sostiene su presidente, Joaquín Leguina. Fuentes de la FSM interpretan que "combatir el pacto de Madrid equivale a tratar de cargarse a Joaquín Leguina". La implicación personal de Guerra en la batalla de Madrid se interpreta, en medios de la FSM, como el primer paso que da el número dos del PSOE para plantear la batalla general en el partido.

Un precedente de la batalla de Madrid se planteó el pasado fin de semana con motivo de una reunión de concejales y vocales de juntas de distrito, celebrada en una localidad madrileña. Durante la reunión, presidida por Teófilo Serrano, el secretario general de la FSM pretendió leer un informe sobre las situación del pacto entre el PSOE e Izquierda Unida en Madrid. Una decena de seguidores de José Acosta protestaron alegando que ese informe se tenía que presentar ante el Comité Regional de Madrid. A continuación, se ausentaron de la reunión.

Anteayer, en la reunión de la ejecutiva socialista madrileña, Teófilo Serrano planteó la convocatoria del Comité Regional para finales de noviembre con el objetivo de debatir sobre el pacto entre la FSM e Izquierda Unida en la Comunidad de Madrid, terreno en el que Acosta y sus fieles tratan de dar la batalla a Serrano y los suyos.

Tras la reunión de la ejecutiva madrileña de anteayer, uno de sus dirigentes más significados manifestó: "Alfonso Guerra está enloquecido. No lo entiendo. Va a dar la batalla en un terreno en el que va a perder". Actualmente, José Acosta cuenta con el respaldo de un 30% de la Federación Socialista Madrileña frente a la mayoría que forman Teófilo Serrano, Joaquín Leguina e Izquierda Socialista.

Asistentes a la tertulia habitual de Juan Barranco, así como seguidores del presidente de la FSM, José Acosta, que compartieron almuerzo el pasado martes con Guerra, extraen de sus declaraciones la conclusión de que el número dos del PSOE quiere transmitir el mensaje de que ha decidido tomar las riendas del partido y que quien le quiera seguir que se apunte.

Unos y otros contertulios aseguran que no podían dar crédito a lo que escuchaban y destacan las referencias directas que hizo a Felipe González, entre otras la siguiente reflexión: "Lo habitual es que los partidos se cansen de sus líderes, pero nosotros somos tan raros que ha sido al revés, el líder se ha cansado de su partido". Otra conclusión que extraen los interlocutores consultados es la de que el número dos del PSOE no tuvo un "desliz" ya que consideran imposible que Alfonso Guerra diga algo "que no quiera que se sepa". Según esta versión, Guerra querría enviar un mensaje al partido y desde luego en absoluto le importaba, sino todo lo contrario, que Felipe González lo supiera.

Tertulia beterogénea

La certeza de que Alfonso Guerra era consciente de que Felipe González iba a conocer sus palabras y no por los medios de comunicación viene de la heterogeneidad de las personas que componen la tertulia de Barranco, en la que se encuentran representantes de todas las familias madrileñas. Algunos de ellos, felipistas antes que guerristas.

Dirigentes socialistas estiman que el ambiente actual es de "pretormenta" y manifiestan que esa atmósfera se respiraba el pasado martes por la tarde cuando unas 150 personas se reunieron en la sede del PSOE de Madrid para homenajear al presidente del partido, Ramón Rubial, por su cumpleaños. A ese acto asistieron todos los miembros de la ejecutiva, incluido Guerra, y numerosos ministros, entre ellos Carlos Solchaga, que en los últimos tiempos también ha decidido no descuidar su presencia en su partido.

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