Atrocidades de ETA

A la cabeza pensante de ETA, si es que existe, y que, como madrileña, es la única esperanza que me queda. Por mi parte, soy consciente de su respeto a los 100 primeros días de Gobierno socialista, así como durante las conversaciones de Argel. Soy de memoria frágil y no recuerdo alguna más. Por su parte, ¿es usted consciente del daño físico-moral que a los pueblos que formamos España, incluido el que usted defiende, nos está produciendo? ¿Es usted consciente del odio que sus acciones están fomentando? ¿Es usted consciente de la vida en paz que nos está arrebatando y, por tanto, negando? ¿Es usted consciente de lo que está haciendo? Sé que sus siglas, en minúscula, traducidas a mi idioma, significan y; a ella me gustaría añadir...: fueron conscientes de..., se sentaron en el parlamento vasco, democráticamente elegido, y con palabras defendieron sus ideales.- ¡Gracias, ETA!

¡Gracias por haber sido capaces, un vez más, de mostrarnos las mejores imágenes del cine de terror en televisión!

¡Gracias por volver a ofrecernos el único papel que podéis representar en una sociedad como la nuestra: el de asesinos!

¡Gracias por habernos abierto los ojos sobre algo que la sociedad española (incluida la vasca) había empezado a dar de lado, simplemente por lo bochornoso del tema: la implantación de la pena de muerte en una sociedad democrática!

Vosotros, con vuestros asquerosos asesinatos y mutilaciones en cadena, nos estáis evitando el dualismo pena de muerte sí-pena de muerte no, porque la mayor aberración de la humanidad ya la habéis implantado vosotros en vuestro programa.

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¡Gracias ETA!

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Con esta carta no quiero decir que los que hemos estado siempre en contra de la pena de muerte nos estemos planteando cambiar de postura; solamente quiero hacer entender a este grupo que nunca podrán intimidarnos con sus armas y que nosotros seguiremos luchando pacíficamente para erradicarlos de nuestra sociedad.- José Medina Díaz. Getafe, Madrid.