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El electorado turco da la victoria al ex primer ministro Demirel en los comicios generales

El electorado turco puso ayer fin a ocho años de gobierno en solitario del Partido de la Madre Patria (ANAP), pero continuó fiel a los principios ideológicos de la derecha conservadora alzando a Suleimán Demirel, líder del Partido de la Recta Vía (DYP), con la victoria de los comicios. Con el 40% de los votos escrutados, parecía claro que Demirel tendrá que, elegir entre formar un Gabinete de coalición con los fundamentalistas islámicos, que se revelan como la nueva fuerza emergente; los socialdemócratas, que han sufrido un considerable retroceso, o el partido gobernante.

En el complicado sistema electoral turco, que exige un mínimo del 10% de los votos para tener representación parlamentaria y favorece enormemente al partido mayoritario, se necesita para formar Gobierno en solitario al menos un 30% del electorado. El DYP, con un 27,7%, tiene muchas posibilidades de quedarse lejos de los 226 escaños que le evitarían un difícil pacto. El empeño de Demirel por acabar con la presidencia de Turgut Ozal -fundador del ANAP en 1983, aunque renunció a la militancia para acceder a la jefatura del Estado hace dos años-, es un grave obstáculo para formar una coalición entre los dos partidos que se reparten el mismo espacio político. Las votaciones reflejan un cansancio generalizado contra los excesos de poder del ANAP y el súbito enriquecimiento de la familia Ozal. La inflación, superior al 70%, y el terroris mo, que desde el uno de sep tíembre se ha cobrado la vida de 67 personas, son causa de un descontento palpable y de la voluntad de un cambio de go bierno. Sin embargo, en Estam bul, la principal ciudad turca, el ANAP recogió muchos más votos de lo que pronosticaban las encuestas. En la antigua Constantinopla, se situaba en primera posición cuando iban escrutados el 50% de los 4,2 millones de votantes registrados. Con estos votos el ANAP se elevaba a la segunda posición nacional con un 24,4%.

Auge fundamentalista

Tal vez lo más sorprendente ha sido la fuerza con que emerge la alianza de los fundamentalistas de Necinettin Erbakan (RP) con dos partidos de la ultraderecha, que lograba hacerse con un 16,5% de los votos. Estos grupos radicales defienden un panturquismo que pasa por la unión de Turquía con las cuatro repúblicas del Asia Central de la antigua Unión Soviética y Azerbaiyán, todas de lengua turca. El RP defiende un cambio fundamental en la economía: acabar progresivamente con el turismo occidental que, de momento, es su principal fuente de divisas. "Menos inversión en las playas y más fábricas", es una de sus consignas.

Los socialdemócratas del Partido Populista Socialdemócrata (SHP), que lidera Erdal Inonu, aparecían como los grandes derrotados de estas elecciones, después de haber ganado las municipales de 1.989. Todas las encuestas pronosticaban al SHP un segundo puesto pero parece que se quedará en tercera posición con un 21%. La decisión de Inonu de readmitir en las filas del partido a varios dirigentes kurdos a los que se acusaba de apoyar a la guerrilla independentista del Partido de los Trabajadores Kurdos (PKK) pudo ser la causante de este descenso de votos. De hecho, en gran parte del sureste de Turquía, de mayoría kurda, el SHP ha obtenido sus mejores resultados.

La jornada electoral, en la que imperó la ley seca, transcurrió tranquila, aunque a última hora de la tarde el encargado de un colegio electoral de Mardin (sureste del país) resulto muerto y dos policías heridos al estallar una mina bajo el coche en el que trasladaban las urnas. Además de las fuerzas policiales, unos 20.000 soldados se encargaron de mantener el orden.

La asistencia fue masiva. El voto es obligatorio para los 30 millones de turcos mayores de 21 años y se penaliza con 50.000 liras de multa (mil pesetas) a quienes no lo emitan.

La inestabilidad de la dédada de los 70 llevó a los militares a tomar el poder en dos ocasiones. Ahora parece que Turquía tendrá que recurrir nuevamente a la formación de un Gobierno de coalición, pero en medios políticos se. considera que la democracia ya está "sólidamente establecida" en el país. De los seis partidos que se presentan el único que parece que no logrará llegar al Parlamento es el socialista.

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