El Tour 92 es posible que no pase por los Pirineos
El Tour de 1992 es posible que no pase el próximo año por los Pirineos. El director de la organización, Jean Marie Leblanc, no lo descartó ayer en San Sebastián, donde será la salida. La prensa francesa afirma que la razón estriba en que las tres poblaciones pirenaicas que habían solicitado una llegada de etapa, Saint Lary Pla D'Adet, Luz Ardiden y Lourdes Hautacam, no han recibido respuesta alguna de la organización del Tour.Los organizadores de la carrera francesa, cuya edición de 1992 se presentará en París el próximo día 22, se niegan a informar sobre los indicios de que por, vez primera desde 1910, el trazado de su carrera no incluirá etapa alguna en los Pirineos. El mismo Leblanc se niega a confirmar o desmentir cualquier noticia respecto al trazado definitivo de la carrera, pero el lunes manifestó a L'Equipe: "El Tour pertenece a todas las regiones de Francia. En una sola edición no podemos visitar todo el país y en consecuencia debemos intentar alternar los recorridos. En 1991, por ejemplo, hicimos una larga incursión en Bretaña y en 1992 tal vez la hagamos en Alsacia".
El recorrido del Tour dará especial importancia en 1992 a la idea de una Europa sin fronteras. Por ello, está previsto que llegue a siete países. La prueba empezará en San Sebastián, donde se celebrará una etapa prólogo el 3 de julio y la primera etapa en línea.
Precisamente, el hecho de que la carrera parta desde San Sebastián, a un paso de los Pirineos, es otro factor que hace sospechar que los corredores no deban superar ninguna de las montañas de esta cordillera.
Después de que en 1977 se programaran etapas pirenaicas en las primeras jornadas de la carrera, con el resultado de que el alemán Dietrich Thurau se instaló en el liderato y bloqueó la carrera, los organizadores del Tour han evitado repetir una programación semejante y han dejado las etapas de montaña para la segunda semana.
Si en esta ocasión no se programan etapas pirenaicas en la primera semana, está prácticamente descartado que se haga hacia el final puesto que ello implicaría forzosamente dos largas neutralizaciones, es decir dos jornadas en las que los ciclistas deberían desplazarse en avión.
Recuerdos imborrables
Los puertos pirenaicos han figurado de forma ininterrumpida en la carrera desde 1910, siete años después de que fuera organizada por vez primera. En ellos se han vivido jornadas que han dejado recuerdos imborrables en los aficionados y que han aportado una buena dosis de leyenda y mito al Tour, como la escapada de Delgado, Mottet y Millar en Superbargneres en 1989; la escapada de LeMond en Luz Ardiden en 1990 o el desfallecimiento del propio LeMond en el Tourmalet en la última edición. De hecho, en 1991 fueron los Pirineos los que sentenciaron el triunfo final de Miguel Induráin.
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