Fernández Ordóñez espera acortar el encarcelamiento del capitán Rosales
Al ministro español de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, le hubiese gustado prolongar, en marzo, hasta Teherán la minigira que efectuó entonces por Oriente Próximo, pero no se atrevió a hacerlo por temor a ser criticado por la prensa si regresaba de ese viaje sin el capitán Jesús Manuel Rosales, encarcelado en Irán desde mayo de 1989 por una supuesta imprudencia temeraria al haber causado un accidente en el puerto de Bander Abas en el que fallecieron 14 personas.
Siete meses después, Fernández Ordóñez va a ser el primer jefe de la diplomacia española que visite el Irán islámico, respondiendo, por fin, a una invitación que le formuló hace dos años y medio su homólogo iraní, Alí Akbar Velayati.Las posibilidades que tiene ahora de rapatriar a Rosales, gallego de 46 años de edad, apenas son mayores que en el pasado mes de marzo, a pesar de sus recientes gestiones con su colega en Nueva York y de las cartas de intercesión enviadas por Felipe González al presidente Alí Akbar Hachemí Rafsanyani.
¿Por qué entonces emprender viaje ahora a Teherán? "Voy", contesta el ministro, "a buscar fórmulas que acorten la estancia en prisión de Rosales, sin esperar a que se resuelva el pago por el seguro" de la indemnización de 800 millones de pesetas que ha sido condenado a abonar a las víctimas del incendio y a los guardianes de la revolución. "Voy también a intentar levantarle el ánimo", afirma Fernández Ordóñez, que aún no sabe si para charlar con Rosales deberá desplazarse hasta la la cárcel de Evin o se otorgará al reo un permiso especial.
Relación bloqueada
A Mayte Suárez, esposa de Rosales, le parece que "la visita ministerial no va a perjudicar" a su marido, que rozó la libertad en agosto. El 4 de ese mes, José Belloso, embajador de España en Teherán, anunció la inminente excarcelación de Rosales tras la promulgación de una orden judicial que así lo estipulaba, al tiempo que rebajaba la indemnización a 100 millones de pesetas. Un tribunal especial dio, sin embargo, marcha atrás, elevando la cantidad que tenía que desembolsar a 800 millones."En cualquier caso, la relación con Irán no puede permanecer bloqueada porque es muy importante", añade Fernández Ordóñez para justificar su viaje. El aislamiento de Irak tras la guerra del Golfo y el desmoronamiento de la URSS, cuyas repúblicas musulmanas empiezan a estrechar lazos con Teherán, incrementa el peso regional de un país en el que los empresarios españoles ven buenas perspectivas para sus negocios.
No en balde el pabellón español era el quinto en importancia de la feria comercial de Teherán, que acaba de cerrar sus puertas, a la que acudieron nada menos que 97 expositores españoles.
Fernández Ordóñez inició ayer por la tarde su primera visita a Damasco desde que, en abril de 1989, un proyectil de la artillería siria mató al embajador de España en Beirut, Pedro Manuel de Arístegui y Petit.
Hoy será recibido por el presidente Hafez el Assad, además de entrevistarse con su homólogo, Faruk al Charaa. La siguiente etapa de su gira es Ammán, donde el rey Hussein le concederá una audiencia. Desde la capital hachemí volará a Teherán.
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