El PCE reconoce plena soberanía a IU, aunque desecha por el momento su conversión en partido

El comité central del PCE reconoció ayer a "Izquierda Unida plena soberanía -"todo el poder para IU", llegó a exclamar Julio Anguita- para tomar decisiones políticas, incluida la de su futura configuración como formación política, si bien descartó, por el momento, convertir a IU en un partido político. Tras un largo debate, con emotivas defensas de la superviviencia del PCE cruzadas con lamentos de que no se haya convertido ya a IU en un partido, Anguita apostó por el mantenimiento del PCE, pero indirectamente lo situó ante el horizonte de su trasformación en una corriente interna de IU.

El secretario general del PCE, preocupado por el riesgo de aumentar la tensión y la división en su partido si aparece como un horizonte inmediato su disolución, se opuso personalmente a iniciar ahora el proceso constituyente de IU como partido. Pero a la vez dejó una puerta abierta por la que asoma esa perspectiva.En su intervención final y en unas explicaciones posteriores a los medios de comunicación, matizó que "primero, el PCE debe desarrollarse en Izquierda Unida., y la propia IU debe también desarrollarse como tal en todos los terrenos. A partir de ahí, yo que sé lo que va a pasar. Nada hay eterno. Lo que sí digo", advirtió Anguita, "es que el PCE seguirá existiendo en la medida en que responda a los retos que le plantee IU, y su muerte se producirá si no impulsa o no sabe impulsar ese movimiento sociopolítico". Dicho esto y tras apelar a la tradición revolucionaria de 'todo el poder para los sóviets"', invocación que suscitó algunos murmullos de perplejidad, Anguita pidió "todo el poder para Izquierda Unida".

Tras esta intervención la propuesta de la dirección del partido ante el 13º congreso, previsto para finales del próximo mes de diciembre fue aprobada por 64 votos a favor, ninguno en contra y 10 abstenciones. La propuesta del sector minoritario del equipo dirigente, defendida por Francisco Palero, Juan Berga y Juan José Azcona, de convertir lo antes posible a IU en un partido político fue retirada en el último momento en aras del consenso.

Fernando Pérez Royo, fue más lejos aún, pero sus tesis apenas encontraron eco. Este eurodiputado, admirador de la trayectoria y, evolución del Partido Comunista Italiano (PCI) señaló, que hace ya tiempo se debía haber planteado, y resuelto, la conversión de IU en un partido político.

Pérez Royo expuso una argumentación minuciosa y contundente. A su juicio, se ha producido un descrédito del ideario comunista en la sociedad de imposible superación; la ilusión de la revolución comunista ha fracasado; sobre los comunistas recae 1a carga de la prueba" de que disponen de una alternativa global viable, y se ha hundido el movimiento comunista internacional, al que históricamente ha estado vinculado el PCE, aunque haya mantenido un distanciamiento del PCUS.

Desde esa perspectiva, según Pérez Royo, el PCE debería buscar en la Internacional Socialista nuevos puntos de referencia y, una vez instalado en el socialismo democrático y el reformismo, mantener relaciones positivas con el PSOE.

La mayoría de los restantes intervinientes -49 dirigentes pidieron la palabra- mostraron otra preocupación: cómo fortalecer Izquierda Unida sin desmantelar el PCE. Pero mientras que Armando López Salinas, Victor Díaz Cardiel y los hermanos Cabo apelaron a los "ideales permanentes y que no pueden ser alterados" del comunismo, Simón Sanchez Montero celebró que el PCE renuncie al papel de "partidoguía".

Contra el numantinismo

Este septuagenario dirigente comunista, al igual que el también veterano Antoni Gutiérrez Díaz, hizo una encendida defensa de Izquierda Unida y esgrimió el riesgo de que IU "se convierta en un partidito más que se puede zampar el capitalismo en dos años". El eurodiputado Gutiérrez Díaz se opuso asimismo al "resistencialismo" y apoyó la cesión de toda la soberanía a IU.A este planteamiento se sumó el portavoz en asuntos de Defensa Antonio Romero. Éste replicó a Fernando Pérez Royo y defendió que "si no hay acuerdos con el PSOE es por su política neoliberal, no por ausencia de disposición a pactar por parte de IU".

La sutileza y la ambigüedad deliberada de Julio Anguita, dirigida a facilitar un amplio consenso, determinó, no obstante, que incurriera en algunas contradicciones, como la de avanzar hacia una corriente de opinión, mientras se mantienen los estatutos propios de un partido político.