TF-1, contra el proteccionismo audiovisual
"No tenemos preocupaciones culturales", confesó ayer en Libération Étienne Mougeotte, vicepresidente de TF-1, la cadena de televisión privada más popular de Francia. TF-1 confirma así la guerra que ha declarado al Gobierno socialista francés para que éste anule sus restricciones en materia televisiva, en particular la prohibición de un segundo corte publicitario durante la emisión de largometrajes y la obligación de programar una mayoría de productos franceses en las horas de mayor audiencia.TF-1 se apoya en las directrices "liberales" de la Comisión de Bruselas para denunciar con ardor el "proteccionismo" en materia audiovisual de las autoridades galas. "Hay que abatir por completo las reglas francesas, que son el muro de la vergüenza de la Europa audiovisual", dice Mougeotte. El vicepresidente de TF-1 cree que las limitaciones impuestas a la emisión de publicidad y la política de cuotas -obligación de programar una determinada cantidad de productos franceses y, en segundo término, europeos- son la causa de la mala situación del llamado paisaje audiovisual francés (PAF). Así resume esa situación: "Un servicio público enfermo; La Cinq y M-6, deficitarias, y TF-1, que se gana modestamente la vida". El ministro de Cultura socialista, Jack Lang, es el principal defensor de la vigente reglamentación proteccionista. Lang estima que la "liberalización" desea da por TF-1 agravaría la situación creada en los últimos años por la introducción de las televisiones privadas: hegemonía de la publicidad, populismo y mala calidad de la programación e invasión de productos baratos norteamericanos. El pasado julio, un nutrido grupo de actores, realizadores y otros profesiónales del cine y la televisión de numerosos países de Europa difundieron un manifiesto favorable a las tesis de Lang y contrario a los objetivos liberales de Bruselas.
El pulso entre TF-1 -un 40% de la audiencia- y el Gobierno socialista es tremendo en éste y otros frentes. El presidente, François Mitterrand, y la primera ministra, Edith Cresson, no ocultan su inquietud por lo que creen actitud favorable a la oposición de la cadena del rey del cemento francés, Francis Bouygues-Encontra de lo que había anunciado, TF-1 no ha cambiado todavía el personaje que representa a Cresson en el popular programa de marionetas Bebete show. La primera ministra sigue siendo Amabotte (A Mis Pies), la pantera faldera del jefe del Estado.
El telón de fondo de. esta polémica es una seria crisis del sector público, representado por Antenne 2 y FR-3. Ambas cadenas atraen respectivamente un 21% y un 10% de la audiencia, y desde hace año! viven en una situación de crónica crisis financiera. Hervé Bourges, su presidente común, prosigue con su plan de saneamiento, consistente en una fusión de numerosos servicios de las dos cadenas. Ese plan se traduce en términos laborales en el despido de unos mil empleados, lo que provoca numerosas huelgas.
A comienzos del pasado, septiembre, Pierre Beregovoy, ministro de Economía y Finanzas, sugirió que el saneamiento del sector público de la televisión francesa podía llegar al extremo de privatizar parcialmente Antenne 2 y FR-3. Desde ese comentario de Beregovoy no han vuelto a producirse noticias al respecto.
De las restantes cadenas privadas, La Cinq, antaño dominada por Berlusconi y hoy en manos del grupo editorial Hachette, es la que está en peor situación. Con el 11 % de la audiencia, La Cinq, que aspiraba a ser número uno, no parece encontrar eco entre la mayoría de los telespectadores franceses. Y ello pese a sus constantes cambios de programación. La pequeña M-6, con centrada en un público juvenil, entretanto, aguanta el tirón con un 9% de la audiencia.
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