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Optimismo de los políticos y escepticismo de todos los demás

Con optimismo entre los políticos y escepticismo entre la población afectada por la guerra se recibió en El Salvador el acuerdo firmado en Nueva York entre el Gobierno y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).El presidente de El Salvador, el derechista Alfredo Cristiani, dirigió un mensaje al país en la noche del jueves. Dijo Cristiani que el documento contiene "las garantías necesarias" para que el país en pleno tenga "confianza de que los acuerdos se van a cumplir". Según Cristiani, ahora no se plantea una tregua frágil, sino la paz definitiva.

Los campesinos salvadoreños que padecen de forma directa los horrores de la guerra recibieron, sin embargo, con escepticismo el acuerdo. Los pobladores del cantón Las Marías, en el departamento de San Miguel, a unos 120 kilómetros al este de la capital, una zona donde se producen frecuentes choques armados, se ven obligados a permanecer allí a pesar de la guerra. Un anciano mueve la cabeza y señala: "Hace mucho tiempo que se dice que vamos a llegar a un arreglo y las cosas siempre siguen igual. Esta guerra empezó hace 11 años y las cosas siguen igual que el primer día."

A pesar del acuerdo de Nueva York, la guerra sigue en El Salvador. Mario Alberto Mijango, Comandante Raúl, que actúa en el frente sur en la región de Usulután, declaró que "es importante prever que van a surgir reacciones por parte de los sectores oscurantistas, por parte de aquellos que históricamente están en contra de que se desarrollen en nuestro país los cambios por los cuales ha estado luchando durante más de 11 años nuestro pueblo". Los comandantes advirtieron que si las Fuerzas Armadas no se depuran por completo, el FMLN conservará las armas.

El ex mayor Roberto d'Aubuisson, líder del partido derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena), tachó de "desinformador y mentiroso" al comandante del FMLN que dijo que los guerrilleros se incorporarían a la policía nacional de forma inmediata". "No va a ser así", dijo aunque admitió: "Si se desarman y se incorporan a la vida civil, sí podrán participar, como todo el pueblo salvadoreño, como la gente que está dentro de la ley".

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