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El Madrid estrenó la Liga con un triunfo en Cádiz

JUAN MÉNDEZ El Real Madrid cumplió con discreción su primer envite en la Liga. El equipo que entrena el yugoslavo Radomir Antic venció por un solitario gol al Cádiz en un encuentro malo y en el que los madridistas únicamente demostraron un recuperado espíritu de lucha. El once blanco careció por contra de la calidad técnica que atesoran sus millonarios jugadores. En frente un Cádiz con sólo 570 millones de pesetas de presupuesto fue capaz de encerrar al conjunto madridista en su área durante 20 minutos y con sólo un extranjero en sus filas, su portero Szendrei, en el césped, aguantó con decoro y, agresividad el partido.

Antic estrenó en la Liga el mismo equipo y esquema que goleara el miércoles al Colo Colo chileno en el trofeo Santiago Bernabéu, pero el Cádiz no se pareció nada al campeón suramericano. Si en algo pudo asemejarse fue en su nula capacidad para resolver ante la meta del guardameta Buyo.

Con los dos equipos temerosos y agazapados sobre su línea de centrocampistas y con los ahorra llamados carrileros -Michel, Villarroya, Quevedo y Barla- escondidos junto en la línea divisoria, transcurrió la primera media hora de partido. En el Madrid sólo destacó la pelea de Rocha con el joven canterano Kiko (19 años) y la movilidad de la estrella yugoslava Prosinecki, capaz de recorrer el campo de lado a lado hasta tres veces en la misma jugada.

Fue el yugoslavo el primero en acercarse a la meta del húngaro Szendrei en una jugada muy protestada por posible fuera de juego. Prosinecki (minuto 8) alcanzó el áera pero su disparo salió desviado a la derecha del marco.

El Cádiz derrochaba mientras tanto todo la energía acumulada en la pretemporada, intentando reducir lo metros cuadrados de césped y acortando los epacios de salida de la poderosa media blanca. Hagi y Michel pasaron inadvertidos y fallones mientras que Hierro ejerció, en su función de medio de cierre, una labor más destructiva que de arranque de su equipo.

Otra jugada aislada de Butragueño pudo servir para que su equipo abriera el marcador, pero Szendrei le ganó el mano a mano al ariete madridista, habitualmente infalible en ese tipo de jugadas.

El Madrid no dejó pasar su tercera ocasión. La mejor jugada de Prosinecki en todo el partido comenzó con olor a gol tras sus dos regates iniciales. El balón, tras rebotar en una alterada defensa cadista, llegó a Villarroya que desde la izquierda centró al punto de penalti. El ligero desvío de Luis Enrique posibilitó que Michel, quien sólo apuntó ayer su oportunismo, remachase a corta distancia el gol del triunfo madridista.

El gol fue muy protestado por la afición cadista, que reclamó falta de Luis Enrique en el inicio de la jugada, cuando el nuevo fichaje madridista intentó atrapar el balón de chilena.

Con el 0-1 el Madrid se dedicó a manejar la pelota en su terreno sin arriesgarla y a esperar el descanso.

La segunda mitad fue de puro trámite. Antic incluso puso en evidencia la supremacía que se le atribuye al Madrid al enfrentarse con un equipo modesto como el Cádiz. A los 18 minutos Luis Enrique dejó su plaza a Milla, quien pasó a relevar a Prosinecki en la tarea de organizador, aunque el yugoslavo no se incorporó decididamente nunca a la línea ofensiva madridista. El Cádiz realizó también un cambio, Fali, otro joven jugador aficionado, fue el revulsivo que buscó Ramón Blanco para intentar la igualada. Y a punto estuvo de conseguirlo. El canterano cadista despertó con dos jugadas a su afición (m. 67) hasta el punto que en la grada se pensaba en la posibilidad de que llegase el empate. El Madrid se amilanó atrás e incluso se pudieron observar algunos conatos de bronca entre Prosinecki y Villarroya y el central Rocha con el rumano Hagi. Tanto Prosinecki como Rocha recriminaron a sus dos compañeros su bajo rendimiento defensivo en esos minutos.

El triunfo del Madrid da opción, no obstante, a su técnico Antic a respirar en la primera semana de Liga y a tener tiempo para culminar el ensamblaje de su equipo.

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