Carlos y Diana de Gales
iniciaron ayer lo que ha sido calificado por la prensa británica como su segunda luna de miel. Quizás con el fin de demostrar la falsedad de los rumores sobre sus desavenencias conyugales, los príncipes de Gales embarcaron en Nápoles (Italia) en un lujoso yate para realizar un crucero por el Mediterráneo y celebrar así su décimo aniversario de boda. El palacio de Buckingham ha indicado que el matrimonio desea pasar sus vacaciones en la intimidad.
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