Heroínas de televisión
Aumenta la producción de series con un tratamiento más realista de la mujer
Muy pocos autores televisivos crean hoy sus programas para una audiencia indiferenciada. La dura competencia obliga a afinar el tiro. Hay programas que, como Chicas con clase (que actualmente emite Antena 3), Murphy Brown (La 2), Roseanne o Baby Boom (autonómicas), están claramente enfocados a la mujer. Preferentemente al grupo entre 18 y 49 años, con sueldo fuera de casa, que se ha hecho tan deseable a los ojos de los anunciantes.
Esta pura lógica industrial, y la mayor presencia de mujeres detrás de las cámaras, trae como consecuencia que mientras en el cine se habla de la emergencia del neomacho y de sus actrices, como una especie amenazada de extinción, la pequeña pantalla multiplica la visibilidad femenina.Existe ya de hecho un verdadero subgénero dentro de las producciones para televisión: lo que los americanos llaman woman's movie. Muchas actrices conocidas de la pantalla grande han encontrado refugio en estas películas, al servicio, por otro lado, de figuras mejor definidas de mujer. Su público natural no coincide exactamente con el, de los seriales.
Un comentarista de The New York Times lo resumía en un titular: 'La nueva mujer encuentra su sitio en la pequeña pantalla'. Y añadía: "Personalmente conozco a profesionales, brillantes y sofisticadas mujeres en Manhattan que los lunes por la noche ni soñarían en perderse Murphy Brown, Designing women (Chicas con clase) o The trials of Rosie G"NeilL Disfrutan viendo a esas mujeres independientes, ambiciosas y, cuando se necesita, duras. Y éste es el tipo de personaje que hoy van a encontrar más fácilmente en la televisión que en el cine".
Pero no ha desaparecido tampoco una imagen distorsionada de la mujer, concluye, por su parte, un reciente estudio ( What's wrong with this picture?) de la National Comission on Working Women. Aunque hay excepciones, según este mismo informe, como La ley de Los Angeles, Chicas con clase, Murphy Brown, Treinta y tantos o Roseanne, todas ellas emitidas por las cadenas españolas.
Todas las críticas coinciden en ver en estas series -y en otras como Cagney y Lacey (autonómicas), Las chicas de oro (TVE-1), Baby Boom- un tratamiento más realista de la experiencia de la mujer, trátese de la profesional independiente y ambiciosa o de la esforzada ama de casa que tiene un empleo fuera y que más que una profesión tiene un trabajo. Todas estas series tienen generalmente a mujeres detrás de la cámara, en la producción, en el guión, en la dirección, y eso es lo que hace que a sus heroínas se las pueda distinguir perfectamente de sus predecesoras.
Personajes
Estos personajes de ahora tienen su cuna en la comedia televisiva de los airados años setenta, que ahora se puede revisar con la reposición de Phyllis (autonómicas) -una secuela de La chica de la tele- y la excelente La reina de la casa (autonómicas), esta última origen de una gran polémica en su momento (se emitió entre 1972 y 1977) porque su protagonista, la liberal y lenguaraz Maude, casada en cuartas nupcias y con una hija divorciada, decidía abortar -por su edad- en un episodio titulado El dilema de Maude. Veinte años antes, la impagable Lucy (Te quiero Lucy) no había podido...Y 20 años después, el posfeminismo de Baby Boom se plantea la maternidad responsable citando a ese elevado tanto por ciento de madres solteras al que la protagonista alude en una de las primeras entregas. "En nuestro tiempo no había mujeres liberadas", le dicen dos heroínas de telecomedia antigua que se le aparecen en un sueño.
Hoy, la mujer liberada es un buen negocio, como resumía indirectamente un anuncio promoción de una reciente serie: "Para directores de programación que quieran poner más mujeres en sus vidas".
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