16 licencias regionales de televisión se adjudicarán en el Reino Unido en octubre

Los empresarios de televisión británicos tendrán el corazón encogido hasta octubre. En ese mes, la Comisión de Televisión Independiente (CTI) adjudicará 16 licencias regionales de emisión, resolviendo un concurso abierto al que se han presentado 40 ofertas. Se trata del definitivo empujón para las emisoras privadas, aunque, según muchos ejecutivos del sector, se trata de un empujón hacia el vacío. Las licencias se concederán por 10 años a partir del 1 de enero de 1993, y corresponderán, en principio, al mejor postor.

Esto quiere decir que las licencias se adjudicarán a quien pague más dinero al Estado por el derecho a emitir. Lo cual hace temer que los ganadores dispondrán de poco dinero para producir programas y que será la calidad del producto la que se resienta. En opinión del Partido Laborista, se trata de una "desastrosa herencia" del thatcherismo. Para Jeremy Potter, estudioso del mercado audiovisual, es un concurso "Iunático que acabará con las televisiones independientes".La CTI insiste en que se tendrá en cuenta el "equilibrio financiero" de cada oferta y que no ganará forzosamente quien ponga más dinero sobre la mesa. Sin embargo, será muy difícil calibrar ese "equilibrio", teniendo en cuenta la complejidad del concurso.

Las licencias son regionales. En algunas zonas -las de menor interés comercial, como Escocia occidental- hay una sola oferta que tiene el éxito asegurado. La competencia es mucho más dura en la zona de Londres o en la del noroeste (Liverpool y Manchester).

Las dos principales productoras independientes, Thames y Granada -que ya disponen actualmente de franquicia- tendrán que jugarse el todo por el todo para seguir en el mercado. Thames, cuyo feudo es Londres, se enfrenta a la sociedad Carlton Television (en la que participan la empresa editora de The Dady Telegraph y la editorial italiana Rizzoli, propietaria de Il Corriere della Sera) y al grupo CPV-TV (articulado en torno a Virgin, la sociedad del joven multimillonario Richard Branson, y con el apoyo del Royal Bank of Scotland).

Sin embargo, Thames tiene su talón de Aquiles en su propio accionariado. Los principales accionistas, la discográfica Thorn EMI y el grupo de servicios BET, que suman el 56% del capital, han intentado varias veces desprenderse de sus títulos y abandonar la productora televisiva.

Londres, el bocado más apetitoso, contará con una licencia para los días laborables y otra para los fines de semana, que se disputan London Weekend Television y London Independent Broadcasting (filial de la discográfica Polygram).

Granada, implantada hasta ahora en el Noroeste, se disputa la licencia con North West Television (NWT). La NWT agrupa a productoras medianas como Yorkshire Television y Mersey Television. Granada, que dispone de licencia desde 1955 -cuando por primera vez se permitió la existencia de emisoras al margen de la BBC-, no esperaba que nadie tuviera la audacia de enfrentársele y, tal vez, ofreció poco dinero por una licencia que consideraba asegurada.

Secreto absoluto

Las ofertas permanecen en absoluto secreto. Se especula, sin embargo, con que las del mercado londinense rondan los 30 millones de libras (poco menos de 6.000 millones de pesetas), mientras el mercado escocés occidental se cotiza en torno al millón de libras (menos de 200 millones de pesetas).Pese al riesgo del concurso y a la incertidumbre del negocio, casi todos los grandes grupos de comunicación están presentes, directa o indirectamente, en alguna de las 40 ofertas. Walt Disney participa en la Scottish. Canal + de Francia, Compagnie Générale des Eaux y el consorcio norteamericano Time Warner forman parte de la TVS, que defiende su actual licencia en la región sur.