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Dos presos peligrosos de la cárcel de Tenerife 2 secuestran a 17 personas

Dos internos de la prisión Tenerife 2 mantenían a primera hora de esta madrugada secuestrados a 14 funcionarios, atados en la cafetería del centro. Un total de 17 personas fueron retenidas a las dos de la tarde y tres de ellas fueron liberadas por la noche. Ambos reclusos, considerados peligrosos (cumplen amplias condenas por delitos de sangre), se encuentran enfermos de sida.

Los hechos se iniciaron alrededor de las 13.30 (hora canaria, 14.30 hora peninsular) al regresar a sus celdas, en el módulo de aislamiento, los internos Juan Redondo Fernández, de 28 años, y José Tarrío González, de 24 años, ambos considerados "altamente peligrosos".Los dos internos acaban de entrevistarse en la sala de locución con el juez de Vigilancia Penitenciaria, Manuel Arce. Aprovecharon un descuido de los vigilantes y tras reducir por sorpresa a un educador iniciaron lo que el Ministerio de Justicia calificó como "posible intento de fuga".

Redondo Fernández se dirigió a la cafetería de la prisión donde secuestró a 15 personas (asistentes sociales, educadores y personal auxiliar y de vigilancia), a las que amenazó con un objeto punzante. Minutos antes se había encaramado en un tejado de la prisión acompañado de una educadora. Su compañero Tarrío González se apoderó de la centralita telefónica reteniendo a dos funcionarlos. Más tarde, los dos amotinados se reunieron con los 17 rehenes en la cafetería.

Alrededor de las 20.30 (hora canaria) fueron liberadas tres mujeres (dos educadoras y una cocinera). Una de ellas manifestó que el trato de los raptores había sido "muy correcto". El director de la prisión, Joaquín García Gómez, hizo, a media tarde, una oferta de acuerdo a los dos reclusos, quienes denunciaban "problemas de carácter general y otros relativos al funcionamiento interno de Tenerife 2", señaló el gobernador civil de Tenerife, Angel Delgado.

Redondo Fernández y Tarrío González solicitaron entrevistarse con el secretario general de Asuntos Penitenciarios, Antoni Asunción; el obispo de la diócesis de Tenerife, Felipe Fernández, y la diputada de Izquierda Unida Cristina Almeida. La parlamentaria telefoneó personalmente a Tenerife 2 para ofrecerse como mediadora. Cristina Almeida declaró que reconoce que la situación de las cárceles españolas es "explosiva" pero desaconsejó a los presos el uso de la violencia para conseguir sus objetivos.

Redondo Fernández tiene una condena de 72 años por delitos de robo, atentado a un agente de seguridad y quebrantamiento de condena, entre otros. Se ha fugado de cárceles españolas en tres ocasiones y lo ha intentado infructuosamente en otras 10 oportunidades. Tarrío González, tiene una pena de 18 años y seis meses de reclusión por delitos de homicidio y robo.

La cárcel Tenerife 2, considerada de máxima seguridad, fue inaugurada hace dos años. Los sindicatos se habían quejado en los últimos meses de escasez de personal y del peligro de masificación del centro con la llegada de reclusos de otras prisiones, entre los que Figuran unos 20 etarras.

Por otro lado, la Secretaría General de Instituciones Penitenciarlas ha destituido a Eduardo Roca como director de la prisión de máxima seguridad Puerto 1, en la localidad gaditana de El Puerto de Santa María, donde en la última semana se han producido tres reyertas entre los reclusos. El delegado del Gobierno en Andalucía, Alfonso Garrido, negó ayer, sin embargo, que estos incidentes hayan precipitado el cese y aseguró que Roca había mostrado "reiteradamente una situación de agobio".

Eduardo Roca, durante cuyo mandato ha habido tres motines, dos de ellos muy graves, se ha enfrentado a una situación definida por los funcionarios como "caótica" en el interior del penal, donde primaba "la ley del más fuerte en una jungla sin ley", según un representante de los funcionarios.

Recluso muerto

De otra parte, en la cárcel de León, el recluso I. F. M., de 30 años, falleció en la tarde del pasado miércoles tras cortarse las venas con una cuchilla de afeitar, informa Marifé Moreno.

Los funcionarios encontraron al recluso en medio de un charco de sangre en su celda. El herido fue trasladado al complejo hospitalario de la capital, donde ingresó cadáver. El recluso había sido reconocido esa tarde por varios testigos como el autor de un atraco a una sucursal del Banco de Santander, perpetrado la pasada semana en Valencia de don Juan (León).

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