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TOUR DE FRANCIA 1991

Indurain anuncia que no buscará la victoria en la contrarreloj y que sólo controlará su ventaja

La última contrarreloj de cada Tour ha resultado decisiva en los últimos tiempos, pero no sucederá eso hoy, salvo en el caso de la tercera plaza de¡ podio. Hasta el líder Miguel Induráin anunció ayer que no buscará el triunfo en una prueba en la que es uno de los mejores especialistas de¡ mundo: "Saldré a controlar mi ventaja", dijo ayer. Buenos especialistas, como su compañero Bernard, el italiano Bugno, el francés Marie e incluso el español Mauri pueden tener alguna motivación especial. El palmarés que acompaña a Induráin no le obliga a justificarse hoy porque cumple con el requisito de los buenos líderes: lograr el Tour tras ganar al menos una etapa. Y esa etapa fue, precisamente, una contrarreloj de 73 kilómetros.No es muy frecuente en los últimos tiempos que el líder gane la última contrarreloj. El último caso que queda en el recuerdo fue el de 1989 cuando LeMond arrebató a Fignon el jersey amarillo en París. En otras ocasiones decisivas, como sucedió en 1987 (confrontación directa entre Roche y Delgado) y en 1990 (disputa entre LeMond y Chiapucci), el líder no ganó la etapa. Tampoco fue el caso de Delgado en 1988.

La explicación es bien sencilla: el líder ha sufrido ya un evidente desgaste físico y psicológico y suele limitar su actuación, en las últimas fechas, a la defensa de su posición. Otros corredores, por el contrario, han podido reservarse durante las jornadas previas con la vista puesta en hacer una buena actuación en la contrarreloj final. Hombres como Breukink (1990), Bernard (1987) y Martínez Oliver (1988) se han adjudicado las últimas versiones de esta jornada.

La comparación entre los especialistas es, pues, relativa. Estado de forma, motivación y desgaste están desigualmente repartidos. Estos precedentes excusan a Induráin en caso de no hacer una excelente contrarreloj, porque su única intención puede ser la de conservar los tres minutos de ventaja que tiene sobre Bugno. El italiano, por el contrario, tiene una cuenta pendiente: es un buen especialista, pero no ha ganado ninguna de estas carreras en el Tour. La jornada sí servirá para perfilar el podio del Tour, puesto que existe un litigio aún pendiente entre el italiano Chiapucci y el francés Mottet, a quienes separan nueve segundos, circunstancia que favorece al corredor francés. El caso de Mottet va a ser curioso: el año en el que no contaba con la confianza de los especialistas locales en los pronósticos previos está a punto de alcanzar su mejor clasificación en el Tour.

Otros corredores

Una buena oportunidad espera, pues, a otros corredores. Entre ellos está el francés Jean François Bernard, que ha tenido una actuación honesta y convincente; a pesar de la presión de la prensa francesa, Bernard supo cumplir sobradamente con su condición de auxiliar. La compensación que le prepara el Banesto es la de permitirle que intente hoy ganar la etapa, como ya hiciera el año de su explosión, en 1987, cuando ganó dos contrarrelojes, la montañosa del Mont Ventoux y la final de Dijon en la que Delgado perdió el maillot amarillo en beneficio de Roche.

Por último, dentro del pelotón español se detectan algunas buenas intenciones para la jornada de hoy. No es este el caso de Marino Lejarreta, habitual en los primeros puestos de estas etapas, quien parece desmoralizado. Pero sí puede ser el caso de Melchor Mauri si realmente ha podido reservarse en estas últimas jornadas.

A diferencia de la primera contrarreloj de este Tour, de 73 kilómetros, Mauri sí dispone de una mayor experiencia para recorridos más cortos, como es el caso de hoy (57 kilómetros). Finalmente, el director del equipo Clas, Juan Fernández, ha apuntado la candidatura de Ruiz Cabestany, aunque sus últimos registros no deparan excesivas esperanzas.

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