Bugno :"Indurain no tiene puntos débiles"
El Tour-91 ha convertido a Gianni Bugno (Gatorade) y a Miguel Induráin (Banesto), ambos de 27 años de edad, en inesperados compañeros de viaje. Sobre ellos ha recaído la responsabilidad de ejecutar el relevo generacional del ciclismo mundial. Bugno, sin embargo, reconoce en el español al líder de la nueva legión de campeones que debe suceder a hombres como Pedro Delgado, Greg LeMond o Laurent Fignon. Mientras prepara su último asalto al maillot amarillo, tras lanzar ayer el zarpazo que provocó un fuerte susto de¡ español, Bugno reconoce: "Induráin no tiene puntos débiles".
VICENTE JIMÉNEZ ENVIADO ESPECIALProfesional desde 1985, Bugno ha ganado hasta el momento 33 pruebas y se mueve con enorme solvencia en una carrera tan exigente como el Tour. En cuatro participaciones ha sumado, hasta el momento, tres victorias de etapa, una de ellas en Alpe d'Huez. Fue el año pasado, cuando finalizó séptimo en la general. Un detalle revela en él el sello de los campeones: diseña su temporada en función del Tour. Pocos se atreven a hacerlo, pero también son pocos los que pueden ganarlo.La sombra de Felice Gimondi, el último italiano en ganar el Tour (1965), ha depositado sobre Bugno la responsabilidad de alcanzar un éxito semejante. "Entiendo que en mi país exista la esperanza de revivir la hazaña, pero no es fácil. No sólo estoy yo. También Chiappucci ha demostrado una gran categoría. Con todo, un Tour se gana con las piernas, con la cabeza y con un poco de suerte. En estos momentos, es Induráin el que maneja mejor todos esos elementos", comentó el líder del Gatorade.
Bugno siempre ha expresado un sincero respeto por el navarro. "Induráin está fuerte, muy fuerte. Lo demostró con su victoria en la contrarreloj y con lo que hizo en Val Louron. Creo que nadie podrá ganarle", declaró a EL PAÍS en la salida de Albi.
"No he perdido ilusión"
Los especialistas siempre han destacado de Bugno la confianza y decisión con que define sus objetivos. El Tour es uno de ellos. De momento, no tiene prisa. "Por supuesto que quiero ganar. El hecho de que afirme que Induráin es casi invencible en estos momentos no significa que haya perdido la ilusión. Fignon, LeMond, Mottet, Chiappucci y yo mismo tenemos algo que decir en la carrera. Sin embargo, en Val Louron se decidió todo en un 90%", advirtió.
La cita de los Alpes, que hoy comienza, puede marcar, según Bugno, el último punto de inflexión de la presente edición del Tour. Sin embargo, su confianza en ello es escasa: "En esta carrera, incluso 10 minutos de ventaja pueden ser insuficientes. El Tour vuelve a empezar cada día, en cada etapa. Lo importante es estar bien, con la fuerza necesaria. Si uno se siente fuerte, no importa ni la distancia ni las montañas que haya que subir. Si no hay fuerza, el más mínimo esfuerzo puede ser un suplicio".
Los vaticinios de Bugno suelen ser tenidos en cuenta. Detrás de ese cuerpo menudo, de esos ojos azules y clarísimos, de esa voz poderosa y cadenciosa, se esconde una de las mentes más claras del pelotón profesional. "En mi opinión, Miguel Induráin es el que tiene que ganar mañana la contrarreloj. Se le ve muy fuerte y una etapa tan larga va muy bien con sus características", avanzó antes de la etapa contra el cronómetro de Alençon. No se equivocó. Ahora, es el más firme partidiario de Induráin para el podio de París: "Todo depende de él".
Llama la atención en Bugno su buen humor, su tranquilidad. "Empecé el Tour con mucha ilusión. Ahora tengo menos, pero no la he agotado", afirmó. Su análisis sobre las etapas de montaña que restan fue breve, pero interesante: "La de Alpe d'Huez es muy dura, pero corta. Ello quiere decir que si alguno da la sorpresa, será muy difícil que el resto reaccione. Apenas habrá tiempo. La etapa con llegada en Morzine será muy larga (255 kilómetros), pero eso no es un obstáculo para Induráin, sí para los demás".
Futuras alianzas
Bugno se niega a comentar posibles alianzas con Chiappucci: "No sé qué puede pasar en una etapa determinada. Chiappucci, por ejemplo, se alió con Induráin para ganar en Val Louron. Se trata de estrategias momentáneas, no de acuerdos entre equipos".
La última semana de la ronda francesa es decisiva para el italiano. "Es la que marca la diferencia. Todo el mundo llega cansado, con ganas de terminar y a veces se producen sorpresas. Este año, sin embargo, lo dudo. Induráin, repito, está muy bien. Es algo que me tranquiliza, porque muy distinto sería enfrentarse a un rival de menor categoría. No habría excusa", apuntó. "Delgado, Lemond y Fignon ya han cumplido o superado los 30 años. Es normal que llegue nueva gente. Sin embargo, me parece injusto oir que nada tienen ya que hacer. Lo veremos en los Alpes. De algo no tengo dudas. Induráin debe ser el nuevo campeón si no sucede algo extraño. Yo, de momento, estoy muy tranquilo", concluyó.
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