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Ballesteros, líder del Open Británico de golf

, ENVIADO ESPECIAL, Los golfistas españoles fueron los protagonistas de la apertura del Open Británico. De forma directa, como Severiano Ballesteros, el líder, con 66 golpes (4), y Santiago Luna, el segundo, con 67, e indirecta, como José María Olazábal, víctima del desnudo integral de una joven metida a streaker (exhibicionista), que le abrazó en el hoyo 1. Chip Beck (EE UU) y Martín Gates (Inglaterra) también llevan 67. Nick Faldo (Inglaterra) concluyó con 68; Toni Watson (EE UU), con 69; lan Woosnam (Gales), con 70; Payne Stewart (EE UU), con 72, y Olazábal y Greg Norman (Australia), con 74.

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Los comienzos de Ballesteros y Luna fueron espléndidos en el club Royal BIrkdale, de Southport. Si el madrileño no hubiese fallado un putt de dos metros en el 18 debido a la excitación, incluso habría compartido el liderato con el cántabro. Aun así, tuvo la fortuna de acabar antes que él. Por eso fue presentado en la sala de Prensa con todos los honores. A sus 28 años, después de tantos esfuerzos desde la humildad de su origen (su padre es cuidador del club Puerta del Hierro), Luna estaba viviendo su gran momento. Así que no fue de extrañar que se pusiera tan nervioso que se armara un lío con la rutina inicial de explicar su tarjeta: no le casaban los palos con las hoyos.Su mujer, María del Carmen, se echó más tarde en sus brazos. "Bonita, ?lo has visto?", le preguntó. Sí, por descontado. Pero la emoción le había impedido darse cuenta de que su marido había logrado un eagle en el 17, no un birdie, y que estaba al frente, en solitario, en esos instantes. Luna, tenso, se equivocó después en la elección del hierro para la aproximación a la bandera del 18 y ello le costó su bogey postrero (en total, un eagle, cinco birdies y cuatro bogeys). Pero le daba igual. Su satisfacción era tal que, aunque habla bien el inglés, se atropelló con una frase sencilla: "l am very happy" ("soy muy feliz").

Hace varios años Ballesteros se refirió a él afirmando que su swing valía un millón de dólares. "Hasta ahora no lo he ganado", solía bromear Luna, que, ya en serio, lo atribuía a "un problema mental". "Me falta confianza", era su cantinela. A principios de esta semana, sin embargo, la tuvo en la fase clasificatoria tras un reñido desempate. "No sé lo que puede pasar mañana", reconocía anoche antes de ponerse, y con razón, a soñar. No en vano su mejor puesto en el circuito europeo, alcanzado en el pasado Open de Madrid, apenas es el séptimo y su mayor cheque, cobrado relentemente en el de Francia, en París, en el que fue el décimo, se reduce a 7.000 libras (1.300.000 pesetas).

Un caso distinto

El caso de Ballesteros es radicalmente distinto. El está acostumbrado al vértigo de las alturas. Anduvo junto a Johnny Miller (EE UU), quien le arrebató el triunfo en 1976, cuando sólo tenía 19 años, y pronunció aquel celebérrimo comentario sobre él: "Es mejor que no haya vencido esta vez. Habría sido demasiado pronto". "No le comprendí entonces", recuerda el pedrefiero, "pero luego sí. Estaba en lo cierto. A lo peor habría acusado en exceso la presión".Ayer no la acusó. Ni al principio, cuando Miller le dijo que se acordaba de él, aunque era mucho más joven ("también tú lo eras", le replicó con ironía), ni al final, cuando enlazó un eagle en el 17 a un metro y medio del agujero con un birdie en el 18 desde cerca de 12 (en suma, un eagle, cuatro birdies y dos bogeys) para establecer en 66 golpes el récord del escenario. "Si el viento no cambia de dirección, le tengo tomada la medida al campo", resumió.

Clasificación: 1º. Ballesteros, 66 golpes. . Luna, Beck y Gates, 67. 5º. Faldo y Lane (Inglaterra), 68. 12º. Watson, Grady (Australia), y Price (Zimbabue), 69.18º. Woosnam, NickLaus (EE UU), Strange (EE UU), y Romero (Argentina), 70. 29º. Martín, Langer (Alemania) y Treviño (EE UU), 71. 61º. Beamonte y Stewart, 72. 94º. Olazábal, Rivero, Jiménez y Norman, 74. 134º. Cañizares, 77. 148º. Piñero y Lyle (Escocia), 79. 155º. Floyd (EE UU), 80.

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