Woody Allen

"¿Qué tiene esto de raro? Muchos directores norteamericanos ocultan por vergüenza que hacen publicidad, y la gente ni siquiera se da cuenta de que la hacen". Woody Allen se ha defendido con frases como ésta y con sus gestos de incomodidad característicos de los periodistas, que han censurado implícitamente con sus preguntas el hecho de que haya viajado a Italia para rodar cuatro anuncios de COOP, la mayor cadena italiana de supermercados."Cuando me hablaron de este proyecto, pensé ante todo en el factor económico. Luego me informé sobre COOP y supe que respeta las cosas en que creo en materia de alimentación. Acepté, porque, volviendo a hablar de dinero, me ocurre que hago películas que me gustan y que intento que sean comerciales, pero no lo consigo. Tengo una gran familia. De modo que el dinero me interesa siempre", dijo Allen en la única conferencia de prensa que dio en Le Grand Hotel, el más lujoso de Roma, donde el gran actor y director norteamericano ha ocupado todo un piso, durante dos semanas, con su esposa, la actriz Mia Farrow, y varios de sus ocho hijos.

Pálido, menudo, más alto y calvo que en el cine, Allen, de 56 años, ha exigido para este trabajo la misma libertad absoluta con la que ha rodado todas sus películas, desde Toma el dinero y corre hasta Shadow and fog (Sombra y niebla), que ha concluido hace poco. Y también ha hecho gala de su libertad de palabra cuando ha declarado, en presencia de altos directivos de la COOP, que le paga unos dos millones de dólares (unos 200 millones de pesetas), que la publicidad televisiva le interesa poco -"me entra por un oído y me sale por otro", dijo- y que nunca pisa el supermercado porque tiene un ama de casa que le compra todo. "Nunca he estado a dieta en mi vida", añadió. "Puedo comer toda clase de helados y postres sin que mi peso cambie".

Woody Allen hizo publicidad hace "unos 25 o 30 años". "Creo que fue de vodka", explica, "`y fue sobre todo para dar a conocer mi cara, que nadie había visto. Luego, hace años, me llamó Campari. Yo les propuse una historieta ambientada en un burdel. Me pareció divertida, e incluso de buen gusto, pero ellos no estuvieron de acuerdo".

En estos anuncios de ahora, Allen es guionista y director, pero no actor, porque piensa que "no hubiera resultado creíble como consumidor italiano". El primero de ellos está ambientado en una nave espacial pilotada por extraterrestres que se preguntan qué comerán en la Tierra; el segundo, en una galería del Soho neoyorquino, donde se exponen filetes de plástico gigantes; el tercero, en una fiesta que se celebra en un apartamento de la Calle 57, y el cuarto comienza en la consulta de un psicoanalista para concluir en una casa de campo del Lazlo. "Por favor, no esperen demasiado. Tal vez yo sea el único que se divierte con esto", dijo Allen a los periodistas.

Sobre Shadow and fog, su última película, afirmó: "Es uno de esos temas que me gustan, rodado con un reparto muy grande. Estamos Mía Farrow, John Malkovich, John Cusack, Jodie Foster, Madonna y yo mismo. La hemos hecho en blanco y negro, y es una comedia un poco kafkiana que se desarrolla en una ciudad europea de los años veinte".

Carlo di Palma, el director de fotografía de Shadow and fog y de los anuncios que Allen rueda en Italia, explica que la última película de Allen se desarrolla en una sola noche. Mia Farrow calla. Está enfadada porque a dos de sus hijas les han pillado en Nueva York robando en un supermercado, según comenta su marido.