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CICLISMO / COMIENZA LA VUELTA A FRANCIA

El trazado del Tour favorece a Bugno y Breukink

Luis Gómez

El Tour empieza hoy con un prólogo de 5,3 kilómetros en Lyon. Un trazado suavizado por la organización, con vistas a promover al llamado corredor del futuro (hombres completos, buenos contrarrelojistas y aceptables escaladores), parece haber obsesionado a los favoritos, que buscan colocarse de amarillo lo antes posible. La táctica general parece ser la de aprovechar cualquier kilómetro contra el crono. La ristra de pronósticos coloca a la pareja BB (Bugno-Breukink) en lugar prominente, calificada por la Prensa francesa como la "nueva ola".

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El propio LeMond parece sufrir cierto rechazo por su actitud tacana, aunque él diga que está "preparado paradar la batalla". Los españoles, entre tanto, sitúan en cartel candidatos de diverso cuño, veteranos como Delgado y algo de nueva ola para ir con los tiempos, tendencia que personifican Induráin y Mauri.De la atmósfera de las jornadas previas al Tour destaca un hecho aparentemente insólito: quien ha ganado la prueba en las dos últimas ocasiones no es el número uno en los pronósticos. LeMond está entre los favoritos, sin duda, pero está calando la impresión generalizada de que este Tour está reservado para el italiano Bugno o el holandés Breukink. Esta relativa unanimidad de criterios parece sorprendente, por cuanto el estado físico de LeMond es bueno, el recorrido le beneficia tanto como a sus rivales, y porque ha demostrado ampliamente una inteligencia en carrera muy superior al resto.

LeMond no se inmuta por la unanimidad. Reconoce el potencial de los rivales, pero se muestra "preparado para dar la batalla". "No sé bien cómo estoy de forma. Lo sabré en la primera contrarreloj. Lo que sí estoy es muy nervioso: tengo ganas de que esto empiece cuanto antes".

Los aspirantes, eso sí, coinciden en su preparación exclusiva y acuden al Tour casi sin palmarés en la presente temporada. Cada uno ofrece impresiones del otro, pero nadie se atiene a una estadística sólida. Así, por ejemplo, LeMond no descarta a Delgado, aparentemente perjudicado por un recorrido poco montañoso: "Todo el mundo me dice que Delgado hizo un mal Giro. No estoy de acuerdo. Me da la impresión de que está muy bien preparado". Todos, sin embargo, concuerdan en la importanela de las contrarreloj.

Los españoles

Entretanto, los cuatro equipos españoles viven las jornadas previas bajo una presión muy diversa. Clas y Seguros Amaya carecen de responsabilidad y se plantean objetivos parciales. El ONCE insiste en darse a conocer durante la primera mitad de carrera, período para el que guarda sus mejores opciones, que son utilizar a Mauri, colocar corredores en la contrarreloj y tratar de ganar la etapa por equipos, un éxito que persiguen desde hace algún tiempo. A partir de ahí, el horizonte es amplio y las alternativas bien diferentes: ganar etapas (Chozas es la opción clásica) o colocar a los líderes (Marino Lejarreta y Melchor Mauri).

La victoria final vuelve a ser responsabilidad ineludible del Banesto. Es una condición natural de este equipo, creado para tal fin. Su director, José Miguel Echávarri, propone como novedad un liderazgo compartido entre Delgado e Induráin, pero va a tener que resistir la presión de los franceses hacia Bernard, un corredor imprevisible, y al que tratan de convertir en la mejor alternativa local para la victoria. Son muchas opciones, demasiadas, para como están las cosas por el pelotón internacional.

Echávarri se ha propuesto jugar con el recorrido y que sea, como suele decirse, la carrera la que vaya marcando las jerarquías. "Yo dividiría este Tour en cuatro partes. La primera la van a marcar las contrarrelojes y la segunda llega hasta Val Louron (final de los Pirineos). Y a partir de ahí, veremos". Alpes y tramo final son las otras dos partes del particular Tour de Echávarri, que parece decidido a llegar a ellas con la pirámide resuelta: o Delgado, o Induráin, o Bernard. O quien sabe si ninguno de los tres. Esta responsabilidad máxima obliga a Banesto a rechazar otras posibilidades, como los triunfos de etapa o alguna clasificación secundaria.

La contrarreloj, por tanto, es la obsesión inicial. Luego, vendrá la táctica si da pie a ello. Así Delgado manifiesta haber preparado este tipo de pruebas más que otras veces, lo que no quita para que el Banesto haya observado sobre el terreno la dureza de algunas etapas montañosas.

Y las contrarreloj son los objetivo naturales del ONCE: "Mauri tiene la obligación moral y deportiva de disputar el prólogo. Está en un buen momento. Lo que no sé es si tendrá la suficlente tensión como para correr el Tour". El ONCE dispone de cuatro corredores para intentar el asalto al primer maillot amarillo (Villanueva, Díaz Zabala, Mauri y Hodge).

Quien más, quien menos, hace sus cábalas. Es natural que cada cual piense que el Tour es susceptible de un reparto generoso. Lo malo es que el Tour suele ser cruel con los pronosticadores. Queda por ver si la organización logra sus propósitos, lo que añade morbo al asunto.

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