Descenso generalizado en los mercados internacionales
Lo más notable de la última sesión de la semana fue la publicación por parte del Departamento de Trabajo norteamericano de las cifras de empleo en el citado país. Aunque la tasa de desempleo se incrementó durante el mes de mayo a un 6,9% de la población activa frente al 6,6% del mes anterior, lo que sorprendió a los mercados y analistas fue el incremento de 59.000 nuevos empleos no agrícolas, cuando las previsiones eran de una pérdida de 90.000. Ello hace pensar que la economía podría estar ya en vías de una sólida recuperación. No obstante la reacción de Wall Street fue negativa ya que los mercados de renta fija bajaron de forma consistente, situándose las rentabilidades del bono de referencia del Tesoro en 8,49%. En efecto, los operadores en los mercados de bonos temen que si la economía crece con fuerza la Reserva Federal mantenga una política crediticia restrictiva y que como consecuencia los tipos de interés no bajen. Así las cosas, la Bolsa de Nueva York cedía 18,12 puntos al final de la sesión, situándose el índice Dow Jones en 2.976,74bastante más abajo de su nivel de resistencia de 3.000. El gran beneficiado del día fue el dólar, que consiguió traspasar decididamente el nivel de 1,76 contra el marco y 140 frente al yen. La posible bonanza de la economía de Estados Unidos es, sin duda, básica para el billete verde, y si se mantuviese en los próximos días por encima de los 1,76 marcos, es posible que reinicie en breve su carrera alcista. Al otro lado del Atlántico, las bolsas europeas tuvieron un comportamiento acorde con lo que ocurría en Wall Street, ya que tanto Londres como París retrocedían moderadamente. Tan sólo la bolsa de Francfort mejoró, terminando con un alza del 5,47 puntos.
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