San Perkins, esbella de los Lakers
San Perkins es una joya que los Lakers de Los Ángeles descubrieron al ficharle el verano pasado por seis años y 19,2 millones de dólares (más de 2.000 millones de pesetas). Perkins ha resultado ser un jugador de mucha fuerza, física y mental. Los Ángeles han aprovechado su juego interior y su fuerte ritmo para aventajar por 1-0 a Los Bulls de Chicago en la final de Liga de la NBA, que se juega al mejor de siete partidos.
Perkins, a pesar de sus 2,06 metros, da la sensación de que se duerme. Le encanta descansar, y, como mínimo, necesita 10 horas diarias de sueño. Su carácter es consecuencia de su crianza en Brooklyn, rodeado de abuelas y hermanas. "Es uno de los mejores seres humanos que he conocido", declaró en una ocasión Bobby Knight, su entrenador en la selección olímpica de 1984, la que derrotó a España en la final.Perkins, junto con Jordan y James Worthy, su actual ciompañero de equipo, ganó para Carolina de Norte el título un¡ve rsitario en 1982. Su historial se olvidó al jugar cinco años con los Mavericks de Dallas, un equipo hostigado por recelos y ciíañas. Fue vivir un purgatorio infernal y Perkins pagó con su fama.
El fichaje de Perkins, que cumple 30 años el 14 de este mes, ratifica al gerente Jerry West como mejor ojeador de la Liga. Su entrenador, Mike Dunleavy, necesitó sólo dos semanas para convertirle en titular y, con ello, a los Lakers en uno de los favoritos de la Liga. No ganaron el título de la división del Pacífico por primera vez en 10 años, pero sí sumaron 58 victorias.
Las estadísticas de Perkins durante la temporada fueron modestas: 13,5 puntos y 7,4 rebotes por partido. Su verdadera categoría se descubrió en las eliminatorias de la fase final de la Liga. En cada una de ellas ha sido la.figura central en el juego interior de los Lakers, con porcentajes de 18 puntos y casi nueve rebotes. El domingo en el primer partido ante los Bulls, sumó 22 tantos y demostró su versatilidad y capacidad de improvisación al encestar un lanzamiento triple cuando restaban 14 segundos, los puntos decisivos de un encuentro que finalizó con un resultado de 91-93.
La jugada fue totalmente contraria a la ordenada por Dunleavy, pero el entrenador fue el primero en agradecérselo. "Perkins siempre tiene luz verde en mi esquema ofensivo", declaró. Más importante fue el simbolismo de la canasta, que ha convertido a Perkins en redentor de los Lakers.
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