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El Reino Unido bloquea el acuerdo sobre armonización del IVA en la CE en enero de 1993

El Reino Unido bloqueó ayer, en la reunión de los ministros de Economía y de Hacienda celebrada en Luxemburgo, el acuerdo sobre la aproximación de tipos de IVA en la CE a partir del 1 de enero de 1993. Alemania y Dinamarca plantearon reservas, mientras España pidió sin éxito poder escalonar por etapas la subida del 12% al 15% del tipo normal que tendrá que implantar en el futuro.

La abolición de fronteras fiscales en la Comunidad a partir del 1 de enero de 1993 sigue siendo la asignatura pendiente dos Doce para la creación del mercado único. Ni siquiera el acuerdo a la carta y el sistema de compensaciones para España y Luxemburgo, obligados a subir el tipo normal del 12% al 15%, han permitido alcanzar un consenso.

Se necesita la unanimidad para llevar adelante el proyecto. Carlos Solchaga dijo: "Estamos muy próximos; nos faltan unos días para llegar a un acuerdo". Para el británico Norman Lamont, la respuesta es "no, ni hoy (por ayer) ni en la reunión del próximo lunes".

"Con un tipo normal de IVA del 15% podemos montar un modelo con algún efecto complementario recaudatorio", manifestó Miguel Cruz director general de Tributos. El Gobierno cree que la posibilidad de aplicar tipos superreducidos de entre el 0,5% y el 4% a la lista de 20 productos básico permitirán contener la inflación.

España logró incluir en esta categoría privilegiada, además de alimentos o el transporte público el IVA de la vivienda y el que grava la ropa y el calzado para niños, artículos exentos en el Reino Unido.

Según el ministro de Economía, Carlos Solchaga, pasar del 12% al 15% el 1 de enero de 1993 significaría empezar el año con tres puntos más de inflación. Para contrarrestarla, se concentrará el tipo superreducido "en los productos que tengan mayor impacto en el IPC, porque la prioridad es reducir la inflación y que no se pierda recaudación". El tipo privilegiado a implantar será único. Aunque aún no está decidido se estudiará" si será del 2% o del 3%. La reforma podría aplicarse, al menos parcialmente, el próximo año.

La compensación por la vía de esos tipos superreducidos -en lugar del tipo reducido del 5%- eliminará la amenaza inflacionaria, porque permite rebajar sustancialmente la carga fiscal de los bienes y servicios que más influyen en la subida del coste de la vida. La implantación del IVA en 1986 generó una inflación añadida de más de dos puntos, a pesar de que "entonces se buscó un efecto recaudatorio equivalente", según Miguel Cruz. El 15% parece pues el tope máximo de subida que está dispuesto a aceptar España, a pesar de que la mayoría de los Doce quiso imponer ayer un 16%.

Dificultades

El Consejo de Ministros de Economía y Finanzas de la CE celebrado ayer en Luxemburgo puso de manifiesto las enormes dificultades para lograr una po sición común entre los Doce cuando la recaudación de la Hacienda de cada país está por medio. El Reino Unido se opone a la reforma, por la presión interna que el primer ministro John Major recibe del centenar de parlamentarios de su partido integrados en el Grupo de Brujas, un club de opinión anti Europa creado en memoria de las posiciones de la dama de hierro, Margaret Thatcher.

Al Reino Unido no le afecta la reforma propuesta ayer, porque podrá continuar con su tipo normal de IVA elevado hace poco por razones presupuestarias al 17,5%. Asimismo, se le autoriza a mantener el tipo cero para los alimentos y otros productos básicos, entre ellos, ropa y calzado para niños. La raíz de la oposición británica es de índole política, de no aceptar una norma impuesta por Bruselas, aunque se olvida que al aprobar el Acta única asumió el principio de la abolición de fronteras fiscales. A la mayoria cie los Doce les gusta más un tipo de referencia del 16%, en lugar del 15%. Puesto que en lugar de armonización se va hacia una aproximación en la que se, inipone subir el IVA a los que están por debajo pero no bajarlo a los que sigue por encima, el objetivo es que este primer paso sea lo más próxima a la fiscalidad media de la CE, situada actualmente en el 16,8%. Nadie quiere que en el futuro, los países de IVA más bajo tengan ventajas comerciales. La aproximación tendrá como principal consecuencia la supresión de los recargos de lujo que en algunos países comunitarios se aplican a los automóviles, pieles y joyas. En España, ese tipo recargado es del 33%. La reducción efectiva para los coches será de poco más del 5%, porque en el futuro estarán gravados con una tasa nueva de circulación.

Al margen de la oposición británica, los Doce tienen otros problemas pendientes. España y Portugal tienen que ponerse de acuerdo sobre ciertos productos a los que el vecino país quiere proteger con un periodo transitorio de reducción de tipos. Esa medida, afecta. al comercio bilateral. Dinamarca no acepta el acuerdo a causa del mínimo exento de IVA en el país de destino para las compras por correspondencia.

Alemania, país exportador por excelencia, quiere asegurarse más ingresos por IVA en el mercado único. El resto prefiere esperar a ver los trasvases de ingresos fiscales que provocará la supresión de fronteras antes de someterse a la lógica de que no habrá importación ni exportación, sino simplemente compras y ventas en la CE.

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