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GENTE

Alexandr Rutskói

Un veterano de Afganistán para la vicepresidencia rusa

La estrella del último Congreso extraordinario de Diputados de Rusia indudablemente fue el coronel Alexandr Rutskói. No hay artículo sobre política interior publicado en la prensa soviética en el que no se le nombre o no se haga referencia al grupo parlamentario por él creado: Comunistas por la Democracia. Ahora, el líder de la Federación Rusa, Borís Yeltsin, acaba de seleccionarle como compañero de candidatura para la vicepresidencia en las elecciones de esta república, que se celebrarán el próximo 12 de junio y en las que Yeltsin se presenta al puesto de presidente.No es un misterio que entre los comunistas algunos no comparten las ideas ultraconservadoras del líder del Partido Comunista Ruso (PCR), Iván Polozkov, por lo que se ha formado un grupo que desea distanciarse de las posturas expresadas por la fracción parlamentaria Comunistas de Rusia y los dirigentes del PCR. Lo extraño es que haya sido Rutskói, miembro del Comité Central del PCR, el fundador de este grupo.

Alexandr Rutskói es un aviador de 43 años que combatió en Afganistán y fue derribado en dos ocasiones. La segunda vez su avión cayó en Paquistán y, como él mismo relata, resistió cinco días huyendo y disparando a sus perseguidores hasta que, herido, fue capturado. Canjeado por un espía paquistaní, regresó a la URSS, donde le dieron el título de héroe de la Unión Soviética y le aceptaron en la Academia del Estado Mayor General.

En 1989 interrumpió su prometedora carrera militar para debutar en política presentándose por un distrito de Moscú como candidato a diputado de la URSS con el apoyo de las organizaciones nacionalistas Pámiat y Otéchestvo (de esta última poco después sería elegido vicepresidente), del partido comunista local y de la Iglesia oficial. Los demócratas hicieron campaña contra él, acusándole de fascista y de tener las manos ensangrentadas. En la primera ronda ganó, pero perdió en la segunda.

Este primer fracaso en política no le desalentó y en 1990 de nuevo probó suerte en las elecciones, esta vez a diputado de Rusia por la ciudad de Kursk, y ganó. Al principio, como era de esperar, estuvo con los conservadores e ingresó en el grupo Comunistas de Rusia. Pero poco a poco fue evolucionando, se dio de baja de Otéchestvo y comenzó a colaborar con el líder ruso Borís Yeltsin como presidente del Comité del Sóviet Supremo para Inválidos. Sus discrepancias con el grupo de Polozkov se fueron profundizando, y pensó en formar una nueva fracción parlamentaria, cosa que consiguió el 31 de marzo pasado, durante el congreso que concedió poderes extraordinarios a Yeltsin.

"Leíamos el diario del Ejército Krásnaya Zvezdá, veíamos televisión y creíamos todo a pie juntillas", dice Rutskói para explicar su antigua posición política. Su evolución no se le ha dado fácil. Hoy es acusado de traidor por sus antiguos admiradores, y los veteranos de Kursk le han privado del título de ciudadano de honor de esa ciudad. Los planes de Rutskói son agrupar a los comunistas de ideas democráticas. "El programa de los comunistas ortodoxos significa, la involución, ellos tratan de salvar un sistema obsoleto", afirma Rutskói justificando esta decisión.

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