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Directivos de Ramos Hidalgo dejaron la empresa antes de adjudicarles la autovía

La empresa Ramos Hidalgo, SA, con domicilio social en Arganda del Rey (Madrid), encargada de realizar los movimientos de tierra y drenaje del tramo guipuzcoano de la autovía Irurtzun-Andoáin por un coste de 7.440 millones de pesetas, ha negociado la adjudicación "perfectamente consciente de la responsabilidad y el riesgo", según declaró ayer un antiguo directivo, que pidió no ser identificado. La misma fuente subrayó la complejidad de las negociaciones, y admitió: "Algunas personas de la empresa se han quedado por el camino, porque el miedo es libre".La compañía fue constituida en 1986 y cuenta con 70 empleados de plantilla fija aproximadamente, según informó un hombre joven que se identificó como el jefe de compras. Está especializada en excavaciones y movimiento de tierras y cuenta con un parque propio de maquinaria. A primera hora de la tarde de ayer, los empleados no habían advertido ninguna medida extraordinaria de seguridad en torno a las instalaciones de la calle de Coronas, en Arganda el Rey.

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Un conflicto permanente

En la actualidad, el administrador único de la sociedad es Vicente Iniesta, que ayer no pudo ser localizado. Iniesta ha relevado en las funciones representativas y ejecutivas al anterior presidente, Miguel Ramos Hidalgo, quien vendió en junio de 1989 sus acciones, y al consejero delegado, Juan Tomás Martínez. La opción a las obras del tramo guipuzcoano de la autovía fue presentada a finales del año pasado, según fuentes de la firma.

Durante las negociaciones con la Diputación Foral de Guipúzcoa se han tomado en cuenta las medidas de seguridad, según el ex directivo citado. "Ha sido una decisión meditada y estudiada a lo largo de largas conversaciones", señaló, "con perfecta consciencia de la responsabilldad y el riesgo contraídos".

"Algunas personas se han quedado por el camino de las negociaciones, porque el miedo es libre", añadió el ex directivo de Ramos Hidalgo, SA. Según esta fuente, la decisión de realizar las obras no ha podido tomarse hasta completar la desvinculación formal de la compañía de algunos responsables para evitar ser objeto de amenazas por ETA.

La opción de una constructora francesa fue descartada en el último momento, al pedir ésta un nuevo plazo para reconsiderar su decisión. Un equipo de ocho técnicos de la Diputación de Guipúzcoa trabajó en contacto con los representantes de esta empresa en París durante el fín de seniana hasta llegar a la evidencia de que no estaba en disposición de acometer las obras según informaron fuentes próxImas al Ejectitivo de Guipúzcoa. Además de la adjudicataria, existía otra empresa española interesada en acometer los trabajos de la autovía.

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