El gobernador de Jaén justifica la pasividad de la Guardia Civil en los incidentes de Mancha Real
La Guardia Civil no intervino en los destrozos de casas gitanas en Mancha Real (Jaén) para evitar un derramamiento de sangre. El gobernador civil de Jaén, Joaquín Iñiguez Molina, justificó así ayer en rueda de prensa la pasividad de los agentes del orden cuando los vecinos incendiaron el domingo cuatro chabolas gitanas, en venganza por la muerte del dueño de un bar, en una reyerta entre payos y gitanos el sábado. Iñiguez definió la actuación de los vecinos como un "brote racista" y aseguró que se investigarán los hechos.El gobernador afirma que advirtió al alcalde, el socialista Alfonso Martínez de la Hoz, de que la manifestación de los vecinos no debía pasar por la calle Tosquilla, lugar donde se produjo la pelea que costó la vida al Angel Arroyo Ibáñez, dueño del bar. Sin embargo, el alcalde hizo caso omiso y él mismo encabezó la marcha por la citada calle tras el entierro de Angel Arroyo. Los manifestantes entraron posteriormente en cuatro de las casas donde habitaban los gitanos y las destrozaron ante la pasividad de la Guardia Civil.
El teniente coronel de la Guardia Civil de Jaén, Manuel Hidalgo, señaló ayer que la calle donde se produjeron los incidentes mide 200 metros de largo, pero sólo cuatro de ancho, por lo que una intervención hubiera provocado un derramamiento de sangre. Además, dijo que muchos de los manifestantes eran niños, mujeres y ancianos.
El gobernador civil ha prometido a las familias gitanas que pondrá a su disposición una dotación policial para que pueden volver a sus casas a recoger sus enseres, al mismo tiempo que les facilitará el realojamiento en otro lugar. Un portavoz de este colectivo manifestó ayer que tanto si muere la persona que está hospitalizada, José Romero Fernández, de 58 años -como consecuencia de los incidentes- como si el Gobierno Civil incumple estas promesas, tomarán venganza".
Los vecinos de la localidad mantenían ayer opiniones dispares sobre los sucesos. Mariano Mesa, administrativo, dice que al haber tan pocos gitanos en la localidad para ellos no sería un trastorno irse". No obstante, no le parece bien que se hayan saqueado las casas.
Ana Gutiérrez, ama de casa, afirma que le ha parecido horrible que maten a una persona. "No me molestan ni los gitanos ni los payos; me molestan las personas que se dedican a la prostitución o a la violencia".
Otra ama de casa, Isabel Romero, está convencida de que los gitanos son culpables, aunque se declara no racista. "Pero si lo han matado ellos, a quién le vamos a echar la culpa", explica.
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