El presidente del Gobierno promete al Supremo los medios apropiados a su papel institucional
El presidente del Gobierno, Felipe González, se quedó impresionado ayer por la deficiencia de las instalaciones del Tribunal Supremo tras visitarlas por primera vez desde que encabeza el Ejecutivo. González mostró su sorpresa ante la precariedad de medios del máximo órgano judicial y expresó su deseo de que la cúpula judicial tenga los medios apropiados al "papel institucional que le corresponde", según informó un presidente de sala del Supremo. Tras cuatro horas y cuarto en el Palacio de Justicia, González se negó a informar sobre su visita y el contenido de la conversación mantenida durante el almuerzo, de la que, según otras fuentes, fueron excluidos los temas de fricción entre el Ejecutivo y los jueces.
Tras saludar a los miembros de la sala de gobierno, González recorrió durante media hora las instalaciones del Supremo, sobre las que expresó su sorpresa ante la forma artesanal de funcionamiento de los magistrados del máximo órgano Judicial del país. En un momento dado de la reunión, González preguntó si el Supremo contaba con órganos de apoyo, a lo que se le respondió que hasta ahora no.La sala de gobierno tuvo interés en que el presidente del Gobierno visitase el ático, donde se encuentra la secretaría de la sala segunda, conocida por los magistrados como el palomar, al que se accede por una escalera de caracol tan estrecha y vetusta que hay que subir prácticamente de costado.
González, en el 'palomar'
Al pie de la escalera, una fotocopiadora impide abrir del todo el armario de togas. Junto a la escalera hay un pequeño inodoro de aspecto escasamente higiénico y que constituye "una auténtica pieza de museo", según los magistrados. En el palomar se encuentra la habitación blindada que se utilizó para resguardar el sumario del 23-F de cualquier indiscreción y cuyo interior ha sido aprovechado ahora para instalar a dos secretarias en sendas mesas de trabajo.Durante el almuerzo que siguió a esta visita, el presidente del Gobierno, profundamente impresionado por la precariedad de las instalaciones, manifestó su voluntad de que el Tribunal Supremo adquiera los medios precisos para el "papel institucional que le corresponde". También se habló del próximo traslado de los juzgados de primera instancia a un edificio de la madrileña glorieta de Embajadores, a fin deliberar el espacio que actualmente ocupan en la plaza de Castilla para la Audiencia Provincial, con lo que el palacio de Justicia quedará íntegramente dedicado al Supremo.
Al margen de estas cuestiones y otras sobre la coordinación entre Gobierno y Tribunal Supremo -como principales órganos de los poderes ejecutivo y judicial-, González y los magistrados tuvieron exquisito cuidado en no colocar sobre los manteles cuestiones legislativas -ni siquiera el futuro Código Penal ni la polémica ley de Seguridad Ciudadana- ni asuntos sobre los que existe fricción entre jueces y gobernantes. Uno de los magistrados preguntó a González si volvería a su profesión de abogado una vez terminada su etapa política, a lo que el presidente del Gobierno contestó que "más bien no", según otro asistente.
Primera visita al Supremo
La primera reunión institucional entre Felipe González, acompañado por el ministro de Justicia, Tomás de la Quadra-Salcedo, y la sala de gobierno del Tribunal Supremo se inició a las 13.55, hora en la que el presidente llegó a la sede del Supremo. Actualmente, integran dicho órgano de gobierno su presidente, Pascual Sala, cinco presidentes de otras tantas salas del alto tribunal y otros seis magistrados del Supremo elegidos por sus compañeros. Felipe González abandonó el palacio de Justicia a las 18.10.El jefe del Ejecutivo se negó a hacer declaraciones a la salida. "Ha sido una comida institucional, compréndanme", dijo a los periodistas. Preguntado por la Ley de Seguridad Ciudadana, contestó: "No voy a hacer ningún comentario". Respecto al momento electoral elegido para la visita, González manifestó: "Ha respondido a una invitación". Ante el acoso de los informadores, el presidente, con gesto molesto, preguntó: "¿Me van a dejar ustedes pasar o me doy la vuelta?.
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