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La revuelta de Ios inmigrantes árabes se extiende por Bruselas

Los enfrentamientos entre jovenes inmigrantes y la pollicía se extendieron en la noche del martes a nuevos barrios de Bruselas, tras un día de tensa calma. Los motines protagonizados por la población árabe de la capital belga alcanzaron su punto álgido durante el pasado fin de semana, con un saldo de un muerto, Varios heridos, y más de 200 detenidos. Las autoridades hablan de la necesidad de "mantener el orden frente acciones planificadas", que nada tienen que ver con un brote de rebelión espontánea.Las noches del sábado y el domingo, la violencia se desencadenó en los barrios de Saint Gilles y Forest, ambos con un alto índice de población inmigrada no comunitaria.

El lunes y gran parte de la jornada del martes, Bruselas vivió un clima de tensa calma. Frente al lema de "fuera policía", que gritaron los manifestantes, los barrios de los magrebíes vieron reforzadas las dotaciones de gendarmes. En la noche del martes, el centro de la ciudad y las comunas de Molenbeek y Saint-Josse fueron el escenario de nuevas revueltas protagonizadas por grupos de jóvenes.

En Molenbeek, 600 maniflestantes, entre ellos niños, apedrearon el Ayuntamiento y se enfrentaron a los gendarmes. El anuncio de un mitin, finalmente suspendido, del grupo ultraderechista VIaarris Blok había servido de provocación, pero la señal de partida se produjo cuando dos cámaras de televisión empezaron a filmar a los concentrados. Cuando el cónsul de Marruecos llegó para intentar parlamentar con los amotinados era demasiado tarde.

"Esto no ha hecho más que empezar: Han salido en la televisión y ocupado las primeras páginas de los periódicos y se han dado cuenta de su fuerza", opina Ivan Vanderbergh, antiguo director de la Escuela de los Estanques Negros, en la que la mayoria de alumnos son árabes.

Bruselas es una aglomeración de 19 comunas, que suman en total 975.000 habitantes. Algo más de un 10% de la población es de origen árabe o turco. Estos jóvenes, en su mayoría marroquíes, hijos de inmigrantes, sometidos a la marginación y el paro, han perdido su identidad de origen y no se sienten belgas, aun cuando sean nacidos en Bruselas.

Representan la cruz de una moneda en la que el grueso de los 250.000 extranjeros que habitan en la capital de Europa son inmigrantes de lujo (funcionarios comunitarios, diplomáticos, representantes de multinacionales ... ).

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Para el viceprimer ministro, Philippe Moureaux, se trata de una organización para provocar el desorden, ante la que las autoridades deben hacer prueba de firmeza". Así parecen probarlo las barras de hierro, los palos con clavos y los cócteles mólotov requisados por la policía. Antes de los disturbios había montoncitos de piedras en algunos puntos estratégicos.

La versión de los inmigrantes habla de provocación policial, con controles de identidad continuos y un trato humillante. La policía argumenta que no puede dejar que impongan su ley las bandas que proliferan por los barrios. De vez en cuando, grupos neonazis ensayan la caza del árabe. El lunes, los líderes de la población árabe hicieron repetidas llamadas a la calma, pero la tensión subió de tono cuando la policía liberó a más de 200 detenidos por falta de pruebas. Habian estado retenidos en unas antiguas caballerizas.

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