La región autónoma de Krajina, en Croacia, vota por su unificación con Serbia
MIRJANA TOMIC ENVIADA ESPECIAL, En Yugoslavia, los serbios de la autoproclamada región autónoma de Krajina, enclave serbio en Croacia, votaron ayer a favor de la unificación con Serbia. Bajo el sol, la lluvia y el viento, la gente acudía masivamente a votar. Los campesinos iban a pie, ya que el transporte público -debido a los controles militares y policiales- no es fiable.
La presidenta de la comisión electoral, Ljubica Vujanic, no supo precisar cuántos habitantes y/o votantes componen Krajina. En Croacia viven medio millón de serbios. Vujanic cree que unas 200.000 personas residentes en Krajina tenían derecho a votar en el referéndum. La imprecisión estadística se extiende a la ambivalencia de la pregunta en la papeleta azul: "¿Está usted a favor de la unificación de Krajina a la república serbia y de que [Krajina] permanezca en Yugoslavia, junto con Serbia, Montenegro y otros que desean conservar Yugoslavia?".No existe duda alguna de que la abrumadora mayoría de los votantes iba a marcar el sí. Los resultados se conocerán hoy, pero su significado y contenido permanecen ocultos.
En la sede del municipio de Knin, Momir Lazic, portavoz del Gobierno local, explica: "Cuando sepamos los resultados, presentaremos una petición al Parlamento serbio para la unificación". El Parlamento serbio, por su parte, no se ha pronunciado a favor de la unificación. "No hubo petición formal", precisa el número uno de Krajina, Milan Babic. Lazic especifica: "No podrán rechazar la voluntad popular".
"Sólo la concordia salva a los serbios", subraya un cartel electoral, "el único que pudimos financiar" dice Ljubica Vujanic, y como si esta región no hubiera declarado su secesión de Croacia, lamenta: "Nos bloquean económicamente". La economía no parece preocupar a las autoridades de Knin: en la ciudad, de 45.000 habitantes e importante cruce ferroviario, sólo los 3.000 empleados en la estación de tren generan beneficios y, por tanto, reciben salarios. Las tiendas vacías y polvorientas, eso sí, con grandes banderas serbias y yugoslavas, no causan descontento. Ostentar la bandera es imprescindible: de lo contrario sería imposible distinguir el pueblo serbio del croata en Krajina.
Otro referéndum
Momir Lazic afirma que Krajina es la tierra serbia y que el presidente croata, Franjo Tudjman, no podrá separarla de Yugoslavia. Los croatas que viven en Krajina, cuyo porcentaje tampoco se conoce, pudieron votar ayer a favor de la unificación con Serbia. Sin embargo, el 19 de mayo, cuando Croacia celebre su referéndum sobre la alianza de los Estados soberanos (fórmula de convivencia entre los pueblos yugoslavos) no tendrán dónde votar: no habrá colegios electorales.
El primer ministro yugoslavo, Ante Markovic, manifestó el sábado que los referendos no tienen carácter obligatorio. Ni los dirigentes de Krajina ni los de Croacia comparten la opinión de Markovic: según ellos, la voluntad popular (manipulada a extremos inimaginables) es determinante.
Diordje, ex comunista de Knin, votó sí en el referéndum. "No pienso que Krajina se unirá a Serbia, pero hay que decir un no, a la política de Tudjman, que no reconoce nuestra existencia". La Constitución croata no incluye a los serbios en la definición del Estado croata. Ni los serbios moderados lo perdonan.
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