Muere un soldado yugoslayo en Split durante una protesta masiva de los sindicatos croatas
La manifestación pacífica convocada por la Unión Independiente de los Sindicatos Croatas en la ciudad adriática yugoslava de Split degeneró ayer en una protesta violenta: más de 30.000 manifestantes, encabezados por los obreros del astillero Tito, atacaron a los tanques desplegados frente a la Comandancia de la Marina y mataron a un soldado de 19 años. Al mismo tiempo, las barricadas fueron levantadas en las entradas de la ciudad, uno de los principales puertos yugoslavos, para impedir la llegada de refuerzos militares. El Ejército lanzó gases lacrimógenos para impedir que los manifestantes se precipitaran hacia otros centros militares. La presidencia colectiva del país se reunió para estudiar la situación.
El Ejército yugoslavo fue puesto en estado de alerta después de los violentos incidentes de Split, informó anoche la agencia Tanjug citando un comunicado de Defensa.La protesta de Split fue convocada contra el aislamiento físico por parte del ejército y la policía croata del minúsculo pueblo de Cijevo, incrustado en Krajina, el enclave serbio en Croacia. Para impedir que la policía rebelde de Krajina se apoderara de Cijevo, el ejército aisló al pueblo y desde hace una semana, sus 1.000 habitantes, en su mayoría ancianos, viven sin luz, agua, medicamientos y alimentos. Mientras, miles de obreros protestaron ayer en Sibenik "por la política militarista de las fuerzas armadas y la política panserbia en Croacia".
El presidente de Croacia, Franjo Tudjman, hizo un llamamiento a los manifestantes de Split y les pidió que se dispersaran. Aseguró que las fuerzas armadas reestablecerían la comunicación con Cijevo.
Voluntarios no armados
Un día antes, Tudjinan declaró, también en Split, dudando sobre la imparcialidad de las fuerzas armadas en los conflictos étnicos: "Las tropas de los voluntarios no armados, compuestas por niños y mujeres, pueden ser más efectivas que las armadas. Ningún ejército ocupador aplastaría con sus tanques a mujeres y niños".
En todas las ciudades croatas, los carteles colgados en lugares públicos invitan a la población a alistarse a los grupos de voluntarios no armados. "Su papel será", explicó a EL PAÍS un dirigente político de Zadar, 20.000 de cuyos 130.000 habitantes se han presentado como voluntarios, "impedir con sus cuerpos que pasen los tanques".
En Eslavonia, al norte de Croacia, continúan las barricadas formadas por civiles bien armados, quienes controlan las vías públicas. Las autoridades de Vukobar -ciudad bloqueda por patrullas civiles- exigieron la retirada de las barricadas, pero esta orden no se ha cumplido aún. El Ejército permanece -aparte de en varias zonas de Krajina- en Borovo Selo, cerca de Vukovar.
El viceministro del Interior de Craocia, Slavik Degoricija, declaró que su ministerio posee las pruebas irrefutables de que Serbia está directamente involucrada en el conflicto sangriento de Borovo Selo. Por otra parte, el diario Politika de Belgrado, próximo a Slobodan Milosevic, reveló ayer que las Fuerzas Armadas yugoslavas habían interceptado un barco rumano en el Danubio repleto de armas destinadas; a Croacia. Bucarest desmintió la noticia.
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