El barco alquilado por el Desafío España 92 sufre graves averías tras su primera regata
La tripulación del Desafío España 92 tuvo un serio tropiezo en los primeros entrenamientos oficiales del Mundial de la clase Copa América de vela, que comenzará mañana. Spain 92, el velero alquilado a Nueva Zelanda para participar en esta prueba [para diferenciarlo del España 92, que está reparándose en Palma de Mallorca], acabó séptimo, de nueve participantes, en la primera regata de entrenamiento. Poco antes del inicio de la segunda, se rompió la botavara y el tangón del spinnaker. El alquiler del barco neozelandés por 15 días ha costado 120 millones de pesetas. El Desafío España Copa América está patrocinado principalmente por la Sociedad Estatal Quinto Centenario.
La botavara ha tenido que ser enviada a Los Ángeles para ser reparada, mientras la tripulación del barco italiano que también participa en la regata ha prestado a los; españoles un tangón del spinnaker.Al término de la regata, el patrón español, Pedro Campos, no aclaró mucho cómo habían ocurrido las; roturas: "Estábamos esperando el comienzo de la regata cuando se rompió la botavara. Tenemos muchísima necesidad de navegar. Si no navegamos, no conoceremos el mar ni los vientos del lugar". Toño Gorostegui, otro miembro de la tripulación, disminuyó la importancia de la avería: "Otros dos barcos, de nueve participantes, han roto la botavara".
La bahía de San Diego será sede, a partir de enero de 1992, de las eliminatorias de la Copa América, en la que debe participar el barco español España 92, cuyo primer prototipo ya rompió la quilla en aguas de Mallorca cuando realizaba las pruebas para conocer su rendimiento en condiciones duras. La rotura de la quilla del España 92 puso en entredicho el futuro del proyecto.
Finalmente, se decidió alquílar el tercer barco de los que tiene Nueva Zelanda en San Diego, para que la tripulación española tuviera experiencia en estas aguas.
Sin embargo, la tripulación española llegó a San Diego hace tina semana., mientras que los italianos y neozelandeses llevan navegando en estas aguas desde el mes de febrero.
La situación de los españoles, con estas averías, es aún más precaria. Los tripulantes viven permanentemente de prestado, pese a los millones que han pagado. Cada equipo guarda celosamente su barco y en ninguna de las bases, donde están colocados los veleros, se permite el acceso a tripulantes de otros equipos. El temor al espionaje, siempre presente en la Copa América, se ha llevado de forma extrema en los entrenamientos del Mundial. Algunos equipos incluso han instalado circuitos cerrados de televisión para vigilar que nadie ajeno a la tripulación de un barco entre en su base.
Precaria situación
Esta situación no es ajena a los tripulantes españoles, incluso es peor, ya que, al no tener ni barco, ni siquiera pueden mirar como es éste. Cuando el velero alquilado acaba de ser utilizado por los españoles, los operarios neozelandeses se lo llevan a su base. Si los españoles necesitan alguna reparación en el barco, entonces le dan el listado de las averías a los neozelandeses, quienes durante el resto del día lo reparan. A la mañana siguiente, los neozelandeses vuelven a llevar su velero a donde están los españoles para que estos lo tripulen durante unas horas. Y así cada día.
La tripulación española circula con una acreditación de Nueva Zelanda que deberá entregar inexcusablemente en cuanto acabe su participación en estas regatas.
El barco italiano El Moro de Venecia III fue el ganador de la regata en la que el Spain 92 no pudo participar. En la primera regata de entrenamiento, el ganador fue el barco francés Ville de París. La sorpresa fue que no ganara el tres veces campeón de la Copa América, el norteamericano Dennis Conner, quien juega en, su campo, ya que es miembro del Yatch Club de San Diego, donde se guarda la famosa Copa América. Conner fue tercero en ambas regatas de entrenamiento.
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