Los carros de combate yugoslavos intentan pacificar la región de Krajina
Los carros de combate de las Fuerzas Armadas yugoslavas salieron otra vez a la calle: el domingo por la tarde, las unidades militares fueron desplegadas en varias localidades de Krajina, región de Croacia, con mayoría serbia (que autoproclamó su separación de Croacia y su unidad con Serbia), para impedir un nuevo choque entre serbios y croatas. El motivo inmediato del nuevo uso de la fuerza militar fue la creación de una nueva comisaría de policía en el poblado de Cijevo, de unos 1.000 habitantes eroatas, establecida por las autoridades de Zagreb a una decena de kilómetros del despacho de Milan Martic, jefe de policía de Knin (capital de Krajina), que no reconoce las competencias de Zagreb en su territorio autoproclamado independiente.El Ejército intervino para impedir que los comandos de Martic se apoderaran de la nueva comisaría y causaran de esta forma un derramamiento de sangre, ya que la población croata de Cijevo, atemorizada por los incesantes controles de los hombres de Martic en las carreteras de la zona, exigió protección. Unas 250 mujeres y ninos permanecieron toda la noche del domingo con fuegos encendidos, frente a la comisaría, protegiéndola con sus cuerpos.
Uso de la fuerza
"Al uso de la fuerza, el Ejército responderá con la fuerza", fue la declaración emitida el domingo por las Fuerzas Armadas yugoslavas, a cuyo mando, en ausencia del hospitalizado ministro de Defensa, Veljko Cadijevic, se encuentra el jefe del Estado Mayor, Blgoje Adzic, favorable a los intereses serbios.No obstante el ultimátum de las Fuerzas Armadas, la comisaría permaneció abierta en Cijevo. En la reunión de emergencia de la presidencia yugoslava celebrada el domingo de madrugada, cinco miembros de la misma (Serbia, Montenegro, Bosnia, Kosovo, Vojvodina) votaron a favor de la permanencia del Ejército en la región.
"¿A quién protegen las Fuerzas Armadas?", se preguntó ayer el vicepresidente yugoslavo, el croata Stipe Markovic (que votó en contra de la intervención militar), "porque el Ejército no puede actuar como un tampón entre las dos partes. No existen las dos partes: sólo existe el poder legal de Croacia y los autoproclamados, a los cuales Croacia ha tolerado para evitar el uso de la fuerza. Ahora, el Ejército debe decir claramente qué es lo que quiere".
Los serbios perciben a los militares como los protectores de sus intereses y de la paz étnica, mientras los croatas los consideran agresores. A 15 días del relevo rutinario del presidente yugoslavo, el serbio Borisav Jovic, por el eroata Stipc Mezic, y con Blgoje Adzic al mando de los militaes, no se descarta una nueva escalada del conflicto étnico en Croacia y una mayor intervención militar. Las pasiones nacionalistas en ambos lados están en aumento como si se estuviera provocando un conflicto y, por tanto, una intervención.
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