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BALONCESTO / OCTAVOS DE FINAL DE LA LIGA

El Madrid precisó la prórroga ante el Caja de Ronda

El Real Madrid hizo sufrir de nuevo a los suyos. Si los argumentos a emplear en el futuro son los mismos de ayer, apañado va. El Caja de Ronda demostró ser más fiero de lo previsto, pero no lo bastante como para justificar un partido tan nefasto de los blancos. Además, el Madrid volvió a demostrar, como en la final de la Copa Korac, que no sabe beneficiarse de la última posesión y regaló la prórroga. Esta, paradójicamente, le valdrá para ocultar a la historia, dado lo abultado del tanteo final, su decepcionante intervención.Dejando al margen los cinco minutos adicionales, en los que barrió con la inspiración del intermitente Villalobos y el apoyo del público, que atemorizó con sus gritos al Caja de Ronda, el Madrid no supo jugar ni al principio ni al final. Los extremos del encuentro fueron su cruz.

El conjunto malagueño le sorprendió y tomó las riendas desde los primeros minutos. Decía un aficionado al comparar la corpulencia de los pivots rondeños con la inmensidad de Roberts que el partido sería fácil para los madridistas gracias a los rebotes. Sucedió lo contrario. Los hombres de Martín Urbano se labraron un prometedor porvenir con su superioridad bajo los aros.

Roberts ocupaba todo el espacio, pero en las proximidades del suelo. Cuando el balón parecía que era suyo, le desaparecía. Bien con los felinos saltos de los norteamericanos del Caja, bien con los extensos brazos de Vecina, balón que tocaba aro, balón que era para los visitantes.

La zona se le atragantaba al conjunto blanco, que no atinaba en el tiro, sobre todo porque su especialista, Biriukov, se escondió hasta el minuto 10. El Caja llegó a gozar de una renta de 13 puntos (8-21, a 12.20 minutos del descanso). Esta fatidica cifra causó el renacer de los madridistas, que, amparados en la aparición de Biriukov, restaron las diferencias: 38-42 al término de la primera mitad.

Hasta entonces, la hinchada sólo había podido disfrutar con dos gorros antológicos de Herrera, que los repetiría en la segunda mitad. Sin gozar en exceso, fue saboreando los puntos de su equipo que, de la mano del hasta entonces ausente Martín, comenzó a llevar la batuta. Martín devolvió autoridad al rebote y se mostró certero en el tiro. Importante fue también la entrada de Villalobos, que suplió a Biriukov, con problemas en su rodilla operada. El escolta pidió el cambio nada más comenzar la segunda parte y mañana será sometido a una revisión médica.

Con estas premisas, el Madrid se puso pronto por delante (49-48) y se fue despegando. Su máxima renta entonces fue de seis puntos (69-63), suficiente para prever un cómodo final. Pero, tras unos minutos horrorosos de imprecisiones compartidas, los de Martín Urbano se acercaron hasta que una canasta de Roberts supuso el 78-75 a falta de 30 segundos. Vecina se jugó un triple con 16 segundos por delante y empató. La torpeza final de Llorente dejó el reloj a cero y forzó la prórroga.

En el tiempo extra los madridistas barrieron. La inspiración de Villalobos resolvió y, como premio, Jareño le regaló una sustitución a escasos segundos del final para que gozara de la ovación de los aficionados.

Permanencia

Los resultados de los partidos por la permanencia fueron los siguientes: Juver Murcia, 85; Puleva Granada, 80. Elosúa León, 106; Caja Bilbao, 86. Grupo IFA, 63; OAR Ferrol, 64. TDK Manresa, 78; Cajacanarias, 74.

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