_
_
_
_
_

La final universitaria, un duelo entre buenos y malos

La Final Four del baloncesto universitario se apunta este año como un duelo de buenos y malos. El papel de villano pertenece al campeón actual, Nevada-Las Vegas, invicto en 34 partidos y de nuevo bajo sospecha por cometer violaciones en el reclutamiento de sus jugadores. Los buenos son Duke, Carolina del Norte y Kansas, instituciones con gran prestigio en este deporte. Juntos suman 29 participaciones en la Final Four, con dos títulos para Carolina del Norte y Kansas. Las semifinales se celebrarán el sábado por la noche (madrugada en España) en Indianápolis, con el duelo entre North Carolina y Kansas, seguido de Nevada-Las Vegas contra Ducke. La final se jugará el lunes por la noche.El partido entre Nevada-Las Vegas y Ducke es de mucha expectación por ser una repetición de la final del año pasado. En ese encuentro, Nevada-Las Vegas humilló a su rival con un margen récord de 30 puntos, una victoria arrolladora que afirmó la imagen de imbatibilidad que rodea al equipo. Desde entonces, nadie puede con ellos. Ganaron sus partidos de esta temporada regular con una media de 19 puntos. Poseen una defensa verdaderamente hermética. El mejor ejemplo lo dieron el domingo frente a Seton Hall, en la final de la región del Oeste, cuando iniciaron la segunda mitad con un parcial de 14-0, quebrando por completo a un rival que perdía por tan sólo tres puntos en el descanso.

Nevada-Las Vegas está jugando lo que se considera una temporada de prórroga. La universidad, después de ganar el título el año pasado, fue sancionada por violaciones en el reglamento cometidas hace casi 20 años. La razón por la que se tardó tanto en imponer las penas fue que la polém lea llegó a los tribunales y no se resolvió hasta que el Tribunal Supremo dictaminó a favor de la NCAA, el órgano director del deporte universitario. Nevada-Las Vegas apeló diciendo que era injusto penalizar a los actuales jugadores por faltas cometidas mucho antes. Por primera vez en su historia, la NCAA decidió modificar la sanción y aplazarla un año.

Para los cínicos esto fue una medida para apaciguar a la cadena de televisión CBS y asegurar un buen nivel de audiencia durante los play-off. Sea o no verdad, esta interpretación está resultando ser falsa: los niveles de audiencia han bajado respecto al año pasado, en parte por la escasez de partidos con resultados cerrados. Puede ser también que el público crea que Nevada-Las Vegas ganará el título sin mucho suspense. Se puede decir que Duke busca venganza.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_