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Entrevista:

"He dado un paso al centro y estoy dispuesto a dar tres más"

Cuando se cumple un año del Congreso del Partido Popular en el que Manuel Fraga le cedió la presidencia, José María Aznar se siente como un corredor de fondo al que no le obsesiona llegar pronto a La Moncloa, porque ha aprendido del "frecuente error del centro-derecha, que ha sido el de perderse en el regate en corto". Pero en la estrategia de ocupar en solitario todo el centro-derecha -en el fondo, la vieja tesis fraguista de la mayoría natural"-, Aznar está dispuesto a ser "rompedor ".Si hemos dado un paso, yo estoy dispuesto a dar tres más" asegura en esta entrevista. Antes de que termine 1991, el PP estará plenamente integrado en el Partido Popular Europeo.

Pregunta. Felipe González reconoció en el debate sobre el estado de la nación que con la política que ha seguido el PP en la crisis del Golfo el Partido Popular ha ganado en credibilidad. ¿Le halaga o le preocupa que el presidente del Gobierno haga esa valoración elogiosa?

Respuesta. Me preocupa, porque es un papel que no le compete al presidente del Gobierno; no le corresponde a él suplantar lo que les corresponde decidir a los electores. Me preocupa esa actitud, como me preocupan otras actitudes suyas en lo que tienen de poco rigor en el ejercicio de los hábitos democráticos.

P. Tras un año como interlocutor de Felipe González, da la sensación de que prevalece en usted la impresión de que González es un artista del engaño.

R. La frase que define la política como el arte de la simulación no la inventamos nosotros, es una frase socialista. Yo lo que pido es que coincidan las palabras con los hechos. Si se hacen ofertas de acuerdo un miércoles [en el debate sobre el estado de la nación] y el jueves se rechazan todas las propuestas del Partido Popular, sin ninguna razón que justifique una actitud absolutamente infantil de venganza, se ve que los hechos desmienten de nuevo las palabras.

P. ¿Ha habido otras ocasiones en que se ha sentido engañado por González?

R. La misma evolución política de estos meses deriva en ello. Cuando se nos ha requerido para un pacto antiterrorista o para afrontar un grave problema de política exterior, ahí hemos estado. En cambio, cuando el señor González ha tenido que poner en práctica sus compromisos, por ejemplo para el desarrollo del país, ha sido incapaz de hacerlo. En marzo del año pasado pudo conseguirse un pacto de competitividad, pero lo boicoteó una parte del Gobierno y lo boicoteó el Partido Socialista

Alejarse del Gobierno

P. ¿Escenificó usted en el debate del estado de la nación el corte de la colaboración con el Gobierno ante la proximidad de las elecciones municipales?

R. Sí. Y creo que desde el punto de vista del discurso político la trayectoria del PP resulta absolutamente coherente. Quizá la política de cohesión nacional ante la crisis del golfo Pérsico dio una imagen determinada, pero desde el comienzo habíamos advertido que la colaboración estaba circunscrita a ese grave problema de política exterior.

P. ¿Teme que González intente de nuevo presentarle a usted y a Julio Anguita como coincidentes en la oposición al Gobierno?

R. Me temo que va a tener mucha dificultad para eso porque en el debate sobre el estado de la nación el Gobierno cometió varios errores graves: no bajar a la realidad, prometer acuerdos para no cumplirlos y rechazar todas las propuestas del Partido Popular. Las dificultades las va a tener el señor González y el PSOE si, como dicen, llegan a acuerdos municipales con Izquierda Unida, porque los concejales de este grupo ya han dicho que se van a negar a que funcionen las oficinas de reclutamiento y a cumplir las disposiciones legales sobre la mili.

P. ¿A usted le beneficia a medio plazo quedarse solo en la oposición?

R. La marginación no la dan los caprichos del Gobierno; la marginación o el acompañamiento lo dan los votos de los ciudadanos, y desde esa perspectiva no tenemos la menor sensación de marginación. Lo demás me parece un planteamiento político equivocado, porque, al final, cuando hay problemas de envergadura que hay que resolver, las dos principales fuerzas políticas deben tender a buscar campos comunes, en donde quepan las divergencias, pero también quepan objetivos comunes.

P. Debe de ser difícil, de todos modos, avanzar hacia posiciones centristas cuando el presidente del Gobierno mira a Anguita para replicar a Izquierda Unida, le mira a usted para identificar a la derecha y él queda como el centro.

R. Una cosa es lo que él quiera y otra cosa lo que él es. Nosotros hemos transformado el PP en un partido de centro porque hemos encontrado una respuesta de los sectores centristas y centrados de la sociedad española, y lo veremos con más nitidez en los próximos meses. A mí me satisface mucho que puedan dirimirse ahora las discrepancias políticas en torno a los sectores moderados de la sociedad española. Eso es un éxito del Partido Popular porque antes el combate no estaba ahí, estaba en otros terrenos.

P. Pero hace sólo dos años usted defendía el pacto con los centristas, con lo que abría un nuevo horizonte para su partido, además de diferenciarse personalmente de Fraga, mientras que ahora vuelve a las tesis fraguistas de invadir en solitario todo el centro-derecha.

R. Nosotros hemos hecho cuatro cosas fundamentales desde el congreso: convertir al PP en un partido de centro; asentar una conciencia autonómica clara; realizar una apuesta clara por el fortalecimiento de la sociedad civil frente a otro tipo de concepciones, y Fijar un claro concepto de apertura del partido hacia la sociedad y los sectores más moderados. Vamos a proseguir en la articulación del centro-derecha, pero desde el fortalecimiento de nuestro partido.

Rompedor

P. Usted se ha mostrado como un renovador, que ilustra algunos de sus discursos con citas a Azaña. ¿Considera suficiente lo que ha conseguido y ahora se propone consolidarlo o va a proseguir la renovación?

R. Desde el punto de vista interno del partido, yo tengo una concepción instrumental de los cargos y, por tanto, en función de las circunstancias y los objetivos yo modifico la estructura de organización. Desde el punto de vista de la estrategia, hasta ahora hemos conseguido) mucho, pero sí eso es un paso yo quiero que se sepa que estoy, dispuesto a dar tres, tres más. Y, además, que estoy dispuesto a asumir esa tarea personalmente. En lo que se refiere a centrar cada vez más el partido, yo voy a actuar como rompedor y, por tanto, seré quien esté en vanguardia.

Yo he dicho en el partido que la caída de, muro de Berlín y el derrumbe del socialismo real no sólo afectan a la izquierda, que también nosotros tenemos que hacer una tarea de acoplamiento a la realidad, de reformulación de muchos aspectos de nuestro proyecto. ¿Esos cambios requieren nuevos planteamientos y contenidos desde el punto de vista ideológico en el Partido Popular? La respuesta es sí. Y ésa es una tarea en la que estamos.

P. Desde el ingreso, como observador, en el Partido Popular Europeo, ¿en qué es más democristiano el PP español?

R. No hay un ejercicio de fundamentalismo en el Partido Popular Europeo. Hay un deseo de agrupación de fuerzas sobre unas ideas comunes en el proceso de construcción europea.

P. ¿Eso quiere decir que lo que hizo el PP, más que una conversión democristiana, fue captar un importante socio en Europa?

R. Bueno, yo explico lo que yo interpreto, ¿eh? Primero, yo soy enemigo de todo tipo de fundamentalismo, interno y externo. Segundo, en Europa hay dos

corrientes fundamentales, la que representa el Partido Popular Europeo, que hoy es mayoritaria, y la socialista. La responsabilidad del PPE es que el impulso de construcción de Europa se haga sobre una interpretación común de las fuerzas políticas que se integran en el PPE, no con una interpretación fundamentalista, en el sentido de excluyente.Yo espero que este año mi partido sea miembro de pleno derecho del Partido Popular Europeo. Lo espero, y así lo voy a proponer. No tengo prisas, pero someteré esa propuesta al comité ejecutivo y a la junta directiva nacional para su aprobación.

"Un sequerón"

P. La estabilidad interna que ha conseguido mantener este año en su partido ¿es un apaciguamiento o es una tregua?

R. En cierta ocasión, en tiempos de la República, Fernando de los Ríos le dijo a Manuel Azaña: "No sea usted sequerón hombre". Yo tengo fama de sequerón. A mí me gusta la racionalidad de las cosas, la objetividad de las cosas, y eso me ha granjeado cierta fama de frialdad, pero al final creo que es un acierto que sea la objetividad y la racionalidad lo que impere.

La estabilidad interna es una necesidad, pero lo importante e que el partido esté volcado hacia objetivos exteriores y no en objetivos interiores, como ha ocurrido en otros rnomentos.

P. Hace sólo un año usted declaró a este diario que las próximas elecciones municipales podían suponer un paso muy importante hacia La Moncloa. Ahora, en cambio, subraya que no son unas elecciones primarias. ¿Es porque quiere que le culpen a usted de un resultado discreto, o porque presagia una pérdida de poder pese a conseguir un aumento de votos?

R. Personalmente, no me acompaña ninguna obsesión. Tampoco el llegar a La Moncloa. Por tanto, quien haga interpretaciones en clave personal se equivoca.

Yo tengo la obligación de hacer un proyecto político para la mayoría de los españoles, y eso es a le que me estoy dedicando. Eso requiere tiempo, dedicación, paciencia y esfuerzo. También soy muy consciente de las dificultades para la vertebración del centro-derecha.

Unas elecciones municipales y autonómicas no son unas elecciones generales. Sí son un instrumento importante en el camino hacia unas elecciones generales. Por tanto, estas elecciones municipales no son unas primarias. Yo las concibo como una confirmación de nuestra tendencia a alza, y por tanto de la credibilldad del PP, y como una nueva oportunidad para que el Partido Popular demuestre desde los Ayuntamientos y Ejecutivos regionales que es una alternanva de Gobierno.

P. Entonces, ¿no teme que la lentitud de su ascenso electoral desate de nuevo en su partido, y fuera de él, la inquietud de buscar un nuevo líder que derrote cuanto antes a Felipe González?

R. Yo me preocupo de problemas objetivos, no de deseos que no tienen el más mínimo fundamento. ¿Alguien tiene una estrategia distinta a la que ha seguido el Partido Popular en este año? Desde que fui nombrado candidato a la presidencia del Gobierno, nadie me ha presentado una estrategia distinta. Si alguien es capaz de ponerme un solo ejemplo de un equipo de fútbol que haya pasado de Segunda B a campeón de Europa en seis meses que me lo presente. Nuestro crecimiento no es que sea un crecimiento lento, es el crecimiento posible. Creo que precisamente uno de los errores del centro-derecha español ha sido perderse en el regate en corto en vez de apostar por una estrategia y un proyecto a medio plazo. Y lo que yo quiero es eso, un proyecto a medio plazo, sobre todo cuando no hay alternativa a esa estrategia. Y los resultados que hemos tenido nos respaldan.

P. A usted le gusta mostrar cualidades de corredor de fondo, y eso incluye el reconocimiento de saber resistir y de saber seguir una estrategia, pero también de que el objetivo no está cerca. R. Nunca he planteado que el camino sea fácil. Al contrario. Cuando hago un repaso personal y me pregunto si me ha quedado alguna dificultad por afrontar en este año me cuesta encontrar una respuesta positiva.

P. ¿Y en este año ha sentido a menudo en su nuca la respiración de Fraga?

R. En absoluto. He sentido muchas veces, y no en la nuca, el aliento, el impulso y el ánimo de Fraga. No tengo más que palabras de agradecimienlo y reconocirniento al apoyo y la comprensíón de Fraga.

P. El que haya enviado a su mejor amigo en la política, Juan José Lucas, como candidato a la presidencia de Castilla y León sugiere que usted quiere tener en esa región un bastión como el que Fraga tiene en Galicia.

R. No, sugiere que decidimos dar un nuevo impulso a nuestro partido en Castilla y León, y que la persona que mejor lo podía encabezar era Juan José Lucas. La política española necesita de hombres honrados y competentes, pero también modestos, pegados al terreno y capaces de resolver problemas.

P. ¿Le entregará de nuevo la alcaldía de Madrid a Agustín Rodríguez Sahagún, u otros miembros del CDS, si con ello conserva el centro-derecha el gobierno del mayor Ayuntamiento de España?

R. No me planteo otra cuestión en este momento que Sosé María Alvarez del Manzano sea alcalde de Madrid. El día 26 de mayo va a haber sorpresas. ¡A lo mejor algunos se quedan con una mano delante y otra detrás!

P. ¿Algunos del CDS?

R. Algunos.

P. En abril de 1990 usted hizo el gesto de acudir al Congreso Federal de UGT. ¿Volvería a ir el mes que viene si UGT celebrase otra reunión parecida?

R. Si UGT celebrara un congreso y me invitara Nicolás Redondo volvería sin la menor duda.

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