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Botín encontró su ganga

El 2 de febrero pasado, el presidente del Banco Santander aseguraba, tras celebrar la junta general de la entidad, que sólo compraría un banco si resultaba ser alguna "ganga". Tan sólo un mes y medio después, Emilio Botín ha encontrado su oportunidad, y nada menos que en el mercado estadounidense.Esta compra refuerza la imagen exterior de la entidad cántabra. Un simple repaso a las participaciones del Banco Santander muestra que es una de las entidades financieras españolas con mayor presencia fuera de las fronteras, especialmente en Europa y América.

Su actividad en Europa descansa en su alianza con el Royal Bank of Scotland. En noviembre de 1988, el grupo que preside Emilio Botín compró el 10% de las acciones del banco escocés. A su vez, el Royal Bank of Scotland tomó el 1,5% del banco cántabro, así como tres opciones y una emisión que le permitían adquirir adicionalmente hasta un total de 1.560.900 acciones en un plazo máximo de cinco años.

No obstante, en su camino por Europa se encontró con un inesperado resbalón. La intención inicial de Emilio Botín de penetrar en el mercado italiano se ha ido al garete, tras el fracaso de su relación con Cariplo. Hace algo más de un mes, italianos y españoles decidían devolverse los recuerdos.

Al otro lado del Atlántico es, sin embargo, donde parecen encentarse más cómodos los máximos responsables del Santander. De allí importaron la idea de lanzar las famosas y revolucionarias supercuentas, compró el Caguas Central Federal Savings Bank de Puerto Rico, y alcanzó un amplio acuerdo de colaboración con Kemper Corporation, uno de los gigantes del seguro estadounidense. Ahora ha vuelto a cruzar el charco para materializar una de las operaciones más esperadas por los círculos financieros españoles.

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