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Entrevista:

"El control del espacio decidirá el nuevo orden informativo mundial"

Ignacio Ramonet, nacido en Redondela (Pontevedra), une a la faceta de observador de la actualidad internacional la de ser un especialista en medios de comunicación. Ha escrito, entre otros el libro La golosina audiovisual, sobre los efectos de las grandes series televisivas norteamericanas, y ha ejercido como profesor en la Universidad de París VII Acaba de visitar Madrid, donde ha participado en un debate con directivos de medios de comunicación españoles e internacionales."Los hombres de la comunicación no debemos engañarnos, porque la gran guerra es la industrial, y a su servicio está la comercial y la informativa", dice el director de Le Monde Diplomatique, publicación de carácter mensual que, con una tirada de más de 200.000 ejemplares, se considera una de las más influyentes en la línea de su periódico matriz, Le Monde.

La guerra industrial

"El ejemplo más crudamente actual de la guerra industrial es la carrera por la dominación de la televisión de alta definición. Los europeos quieren imponer su propia norma frente a la ya existente de los japoneses, pero los americanos han logrado, al parecer, una norma mejor que las dos anteriores y pueden acabar imponiéndola". "El futuro de la comunicación se encuentra, por otra parte, en los satélites", señala Ramonet, "y el que tenga mayor potencia espacial acabará dominando las transmisiones. La información se basa ahora en el espacio".Cuando el director de Le Monde Diplomatique se sitúa en el análisis del pasado más cercano, que continúa siendo presente -la guerra del golfo Pérsico-, se pregunta: "¿Por qué la televisión no nos ha mostrado la guerra?. Sencillamente, porque el mito de la información transparente y en tiempo real que preconiza la televisión ha tropezado con la censura militar, que ha sofocado la vocación de la televisión de ser el ojo que circula por la realidad".

Para entender el "fracaso informativo" del Golfo hay que remontarse, en opinión de Ramonet, a las retransmisiones de los sucesos de China (plaza de Tíananmen), Berlín (caída del muro) y Rumania (derrocamiento de Ceausescu) en 1989. La información televisada de estos acontecimientos nos vino a decir: "Para entender la historia basta con verla. En ese momento, el periodista dejó de ser comentarista y se convirtió en simple cronista deportivo, cuya tarea era seguir la trayectoria de la pelota y decir quién la tocaba".

Llegó la crisis del Golfo y miles de periodistas se congregaron en el desierto para retransmitir el partido de la guerra. "Quizá no querían' recordar que, desde Vietnam, las guerras son secretas, porque los sistemas de poder han comprendido que lo que no se muestra no existe, que lo que no aparece en -televisión no tiene realidad. Allí estaban los reporteros con sus costosísimos equipos sin poder retransmitir imágenes y se dedicaban a decir que no tenían información".

Estar y saber

"Por primera vez se ha hecho teoría de la televisión y los periodistas han hablado de sus condiciones de trabajo en vez de mostrar lo que sucedía", añade Ramonet. "Se ha demostrado que sólo estar no basta para saber, y ya no ha servido el recurso 'nuestro enviado especial estaba allí'. Ante este vacío, el sistema informativo tuvo que inventarse la Información acudiendo a expertos, a mapas infográficos, a interpretaciones de lo que podría estar sucediendo".Para Ramonet, una de las lecciones más graves de la guerra ha sido la contradicción en el sistema de información, ya que, mientras que se desarrolló sin trabas en los sucesos de los países del Este encontró el muro de la censura en los sistemas de los países democráticos, teóricamente transparentes. Tres meses lleva Ignacio Ramonet al frente de Le Monde Diplomatique y el periódico ha notado un aumento de la tirada, hasta alcanzar los 215.000 ejemplares, y un despegue del suplemento trimestral Maniére de Vivre (70.000 ejemplares). "Desde su fecha del nacimiento, en 1954, Le Monde Diplomatique se ha dirigido a un lector exigente, y creo que vamos por el mismo camino, porque todavía existe este tipo de público que busca una información tratada con inteligencia y con rigor", dice Ramonet.

En relación con los contenidos de la publicación, Ramonet admite que las circunstancias han cambiado mucho. "Entramos en un mundo nuevo con el final de la guerra fría, el reparto tripartito del planeta y el abandono del Sur a su propio destino. Esto último es una cuestión que nos preocupa, ya que el Sur lo constituyen 120 países, de los 150 que están repartidos por el mundo entero".

Los países del Sur se caracterizan, según Ramonet, "porque crece en ellos la ausencia de organizaciones políticas, estatales y administrativas de cualquier tipo; porque, al fracasar el Estado, se entra en una etapa de barbarie, y porque no existe información sobre ellos, a no ser sobre las catástrofes o las guerras.

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