El Gobierno cree que no es momento para una conferencia sobre Oriente Próximo
ENVIADO ESPECIAL, La visita del ministro de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, a Egipto e Israel ha evidenciado que la diplomacia española está modificando su lenguaje de apoyo a la causa palestina y deja ahora traslucir algunas reticencias ante la actual dirección de la OLP. En sintonía con las demás capitales europeas, Fernández Ordóñez dice ahora que "no es el momento adecuado" para la convocatoria de una conferencia internacional de paz auspiciada por la ONU.
La estancia del ministro de Asuntos Exteriores en la capital egipcia y la que ayer por la noche empezó en Jerusalén, donde el huésped español cenó con su homólogo israelí, David Levy, han permitido apreciar ese cambio de matiz después de la guerra del golfo Pérsico, en la que Yasir Arafat, el líder de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), se alineó con el perdedor Sadam Husein.En El Cairo, Francisco Fernández Ordóñez firmó con el jefe de la diplomacia egipcia, Esmat Abdel Meguit, tres acuerdos sobre cooperación económica e industrial, científico-técnica y de transporte aéreo, antes de ser recibido en audiencia por el presidente Hosni Mubarak. Aunque rehusó dar cifras, el ministro indicó ante la prensa local que España está dispuesta a mantener una actitud generosa hacia Egipto , en el marco de las negociaciones que se desarrollan en el Club de París (organismo que agrupa a los de países acreedores). "El porcentaje de un tercio no va muy desencaminado", agregó refiriéndose a la parte de la deuda egipcia que España está dispuesta a condonar y que asciende: a unos 156.000 millones de pesetas.
En sintonía con las demás capitales europeas, Fernández Ordóñez dice ahora que "no es el momento adecuado" para la convocatoria de una conferencia internacional de paz auspiciada por la ONU; proyecto que tanto Israel como, con matices, Estados Unidos rechazan hasta ahora.
Sin poner en tela de juicio la conveniencia de su celebración, el ministro español fue ayer un poco más lejos incluso al declarar, al término de su almuerzo con Meguit: "No convirtamos una vía de solución [la conferencia] en un problema". Para sortear este obstáculo es preferible, en opinión del jefe de la diplomacia española, aparcar el proyecto y establecer mientras tanto un "doble diálogo" entre palestinos e israelíes y entre los estados árabes y el judío. "No me preocupa la conferencia", prosiguió, "`me preocupa que empiece el diálogo cuanto antes".
Cambio de lenguaje
Aunque el ministro saque así la lección de la fracasada apuesta palestina por Sadam Husein, no deja de ser llamativo este cambio de lenguaje por parte del representante de un país como España, que en 1987 fue de los que más presionó para que los Doce endosaran, a nivel ministerial, el proyecto de conferencia de paz que recibió el respaldo de los jefes de Estado y de Gobierno en la cumbre de Madrid de junio de 1989 con la que concluyó la presidencla española de la Comunidad Europea (CE). Cuando se le pregunta la opinión que le merece la actual dirección de la OLP, Fernández Ordióñez, que ha criticado el alineamiento de Arafat con Bagdad repite hasta la saciedad que "corresponde a los palestinos designar a sus líderes y nosotros les respetaremos". A pesar de este aparente deseo de no inmiscuirse en los asuntos internos palestinos, el ministro ha confesado en privado que un cambio al frente de la resistencia facilitaría el proceso de paz; aunque tampoco cree, que por ahora, exista alterativa a Yasir Arafat. Por eso España fue uno de los estados miembros de la CE que no quiso extender al conjunto de los Doce el acuerdo del pasado 4 de febrero por el que prohibe a la presidencia comunitaria mantener contactos de alto nivel con la OLP.A última hora de la tarde de ayer, siempre pisando los talones al secretario de Estado norteamericano, James Baker, quien le había precedido con horas de diferencia en El Cairo, Fernández Ordóñez voló a Tel Aviv. En Israel, el responsable de la diplomacia española se entrevistará hoy con el jefe del Estado, el primer ministro, el titular de Defensa y varios dirigentes palestinos, incluido Faisal Huseini.
Las autoridades israelíes lamentan en privado la pérdida de tres ministros a los que consideraban "amigos" en el Gobierno -Enrique Múgica, José Barrionuevo y Jorge Semprún- pero perciben a Fernández Ordóñez, el hombre que estableció las relaciones entre los dos estados, como un político que les es también afín.
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