La decadencia del Milan
Sacchi y sus hombres reconocen la crisis
El fútbol europeo se apresta a redactar la necrológica del Milan bicampeón de Europa y del mundo. Todos presagian su eliminación de la Copa de Europa en Marsella, frente al Olímpico, la próxima semana, no por su inferioridad futbolística frente al campeón francés, sino por los síntomas de decadencia y resignación que, por primera vez, afloran entre los jugadores y técnicos del club italiano, como reconocen Sacchi y Gullit.
"Los grandes clubes europeos acabarán pagando este esfuerzo". Sigue resonando la frase pronunciada por Ruud Gullit desde la piscina del refugio siciliano de la selección holandesa en Santa Flavia. Los siete mundialistas del Milan se habían incorporado tarde a las concentraciones italiana y holandesa por haber disputado, quince días antes del inicio del Mundial 90, la final de la Copa de Europa.Entre diciembre y mayo, los milanistas habían disputado 52 partidos. Por razones de índole muy distinta, el Mundial de Italia produjo tensiones tan fuertes que Van Basten y Gullit tuvieron que recurrir al curandero psiquiátrico Troost. Tras el Mundial, Rijkaard abandonó la selección y Van Basten emprendió una guerra táctica con el nuevo seleccionador, Rinus Michels.
Lo que están "pagando" los grandes clubes europeos como el Milan, el Real Madrid o el Liverpool es un tema por discutir. Resulta incluso contrastable con el éxito de, por ejemplo, un Barcelona cuyo desgaste mundialista se reduce a Zubizarreta (390 minutos), Julio Salinas (298) y Bakero (9). En el caso del Milan, es uno de varios factores a tener en cuenta.
28 años de media
A pesar de la presencia de jóvenes como Maldini (22 años) y Costacurta (24), el promedio de edad del equipo tipo de Sacchi es de 28 años. Hace tiempo, además, que Van Basten comenta que el esquema del conjunto está muy visto y aún más estudiado por los rivales. Sacchi no ve motivos para variar un esquema campeón.La gran, y negativa, novedad en el Milan parece ser psicológica. En el pasado, Sacchi y sus hombres siempre han reaccionado a los momentos de apuro con casta y con una enorme fuerza mental, desplegadas en escenarios como el Santiago Bernabéu o el estadio Olímpico de Múnich.
De repente, sin embargo, una desventaja de tres puntos parece una barrera insalvable en la Liga y el empate ante el Marsella genera un pesimismo sin precedentes. Sacchi confiesa que su Milan "ya no existe".
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