Padre chantajeado

En uno de los programas televisivos de debate El espejo se puso de manifiesto un problema que, para mi desgracia y la de mis hijos, conozco muy bien.Llevo casi cuatro años separado y paulatina pero inexorablemente voy, muy a mi pesar, perdiendo el contacto con mis hijos. Para simplemente verlos unos minutos de vez en cuando he de recurrir a las más variopintas estratagemas: desde acompañarles desde su domicilio a clase, visitarles durante el recreo a través de las verjas del colegio, enviarles cartas a través de terceros -pues las enviadas a su domicilio no las reciben-, incluso las llamadas telefónicas son mal recibidas.

Este alentador panorama es producto, como en el debate televisivo pudo entreverse, del nefasto funcionamiento de la justicia, que con su actitud fomenta y permite situaciones como la descrita, pues:

- La justicia viene otorgando indefectiblemente la guardia y custodia a las madres, con el añadido que ello supone: utilización del hasta entonces domicilio familiar y cobro de pensión.

- La justicia no se preocupa de analizar el verdadero monto de las necesidades económicas de los hijos; es más sencillo aplicar el 40% a los ingresos del cónyuge externo, independientemente de que ello suponga o no una pensión encubierta para el cónyuge que, nunca mejor dicho, goza de la guarda y custodia de los hijos.

- La justicia concede al cónyuge externo -generalmente el padre- un precario sistema de convivencia con sus hijos, cuya sola denominación, régimen de visitas, recuerda al sistema carcelario. Visitas que no llegan a suponer el 20% del tiempo de los chicos.

- La justicia hace ojos ciegos ante las denuncias por incumplimiento del régimen de visitas: el sistema de prueba es muy dificultoso y aleatorio. Por contra, es un fiel guardián del efectivo y puntual pago de las pensiones.

- La justicia consiente la manipulación afectiva y psicológica de los menores, que acaban rechazando la figura del padre. Alegan, cómo no, falta de medios para la realización de pruebas.

Ante tal cúmulo de prebendas ofrendadas a las madres por la justicia, pocas son las que se resisten a ejercer el chantaje como cómodo medio de vida.

Porque creo en esas pocas madres responsables, que entienden que es bueno para sus hijos el contacto con la figura paterna, y que son capaces de establecer con sus ex maridos un flexible régimen de convivencia para los hijos. Por eso solicito de la justicia que, al igual que ratifica los convenios paternos paritarios en los que se establece -como algo bueno para los hijos- un alto grado de convivencia con su padre, aplique ese mismo criterio en sus sentencias.-