Todos los partidos están abiertos a pactar con sus más serios adversarios tras las elecciones

Los partidos políticos mayoritarios están abiertos a todo tipo de combinaciones en materia de pactos tras las elecciones municipales y autonómicas del próximo 26 de mayo ante la previsible imposibidad de alcanzar mayorías absolutas. Las estrategias que diseñan en las cúpulas de los partidos se encaminan a no dar pistas que puedan desanimar al electorado, aunque en los cálculos entran posibles pactos entre PSOE e Izquierda Unida, PSOE con CDS, PSOE con algún partido regionalista, PP con CDS y pactos implícitos entre PSOE y PP para no estorbarse mutuamente.

Este último aspecto se reconoce más en el PP que en el PSOE, y los primeros explican que sería estrictamente "por sentido de Estado". para evitar que algún partido regionalista "perturbador" pueda inclinar la balanza hacia uno de los dos grandes, por lo que estarían dispuestos a permitir que formara Gobierno aquel cuya lista hubiera sido más votada.Antes de que termine el mes de febrero, los principales partidos tendrán elaboradas las líneas maestras de sus programas electorales, marco que se llenará de contenido en cada municipio y comunidad autónoma.

La estrategia poselectoral, no obstante, no será objeto de publicidad, aunque cada cual ya tiene preparadas las consignas a este respecto, caracterizadas por la ambigüedad, que justifican por el temor de desanimar a los potenciales electores.

Dirigentes de los distintos partidos precisan que no se trata de engañar al electorado, sino de no atarse las manos con posiciones cerradas, dado que, tras las elecciones, lo que hay que conseguir es la "gobernabilidad". Así, tras el 26 de mayo, allí donde ningún partido haya alcanzado mayoría absoluta se olvidarán las diferencias ideológicas para intentar acuerdos en virtud de programas de gobierno.

El PSOE será el partido que a lo largo de los próximos meses menos claves dará respecto a lo que puede ser su actuación poselectoral, aferrándose a que juegan "a ganador". El secretario de Relaciones Institucionales del PSOE, Abel Caballero, da una muestra clara: "Nosotros no hacemos planteamientos de pacto con nadie; la política de alianzas se verá después". Caballero asegura que su partido no ha tenido conversaciones con el Partido Popular con vistas poselectorales.Oficialmente sólo se reconocen dos reuniones para hablar de "Cantabria y de Valencia", participando en una de ellas el secretario de organización, Txiki Benegas, y el secretario general del PP, Francisco Alvarez Cascos.Según dirigentes del PSC es el PP "el interesado en decir que hay pactos para hacer frente a los regionalistas, porque ellos son una de sus preocupaciones principales".Los socialistas, a la espera de lo que las circunstancias obliguen, desearían que su primer aliado fuera el CDS y que su apoyo les sirviera para completar mayorías absolutas.Ahora bien, allí donde. no puedan obtener el apoyo de los centristas están preparados para pactar con IU y, en algún lugar, con los regionalistas. Así, una de las diversas combinaciones que manejan en Aragón es la de un pacto con el Partido Aragonés (PAR).

Ofertas al CDS

El Partido Popular, a pesar de que continuará estos meses su política de acoso al CDS, tras las elecciones no dudará en ofrecer a los centristas pactos de gobierno.El candidato a la Comunidad de Madrid por el PP, Alberto Ruiz Gallardón, lo reconocía abiertamente. "Nuestro modelo es compatible con el modelo del CDS, por lo que, si ellos quieren, nosotros tenemos disposición al pacto".

Un dirigente del PP manifestaba a este periódico su incredulidad respecto a las declaraciones del presidente del CDS, Adolfo Suárez, en cuanto a rechazar toda posibilidad de acuerdo en algún lugar con el Partido Popular.

En principio, Suárez así lo ha manifestado, aunque el alcalde de Madrid, Agustín Rodríguez Sahagún, y el propio secretario general, José Ramón Caso, no han sido tan tajantes, sino que se han referido a su predisposición de pactar sólo en torno a programas progresistas", para añadir a continuación que la "actitud" del PP hace muy difícil pensar en nuevos acuerdos.

Izquierda Unida sólo hablará del PSOE para mal, al disputarse el mismo electorado y por el creciente distanciamiento derivado de la guerra del golfo Pérsico. No obstante, también están dispuestos a encontrar razones que aconsejen formar gobiernos en ayuntamientos y comunidades autónomas.

Dirigentes regionales lo dan por seguro, aunque no lo reconocerán durante la campaña, que intuyen que será extremadamente dura.

Dirigentes del PP son los que tienen muy en cuenta la posibilidad de pactos entre socialistas e Izquierda Unida, máxime cuando hay un sector en IU favorable al entendimiento con el PSOE. Incluso se basan en declaraciones de dirigentes de IU que continúan con el principio de que nunca favorecerán ,.gobiernos de la derecha".